Sociedad y Justicia
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Enfrenta quejas por el proyecto de un arrecife artificial

Hotel sede de la COP13 está en la mira de ambientalistas

La ciudad perdió la mitad del manglar por el crecimiento turístico

Enviada
Periódico La Jornada
Viernes 2 de diciembre de 2016, p. 40

Cancún, QR.

En esta ciudad, donde ya se ha perdido la mitad del manglar que había originalmente, no cesan los conflictos ambientales por el deterioro de los recursos naturales a consecuencia del crecimiento turístico y poblacional. En este sitio, a partir del domingo, se realizará la 13 conferencia de las partes (COP) del Convenio de Diversidad Biológica, en la que se tomarán decisiones de conservación sobre los recursos naturales.

Aquí predominan denuncias por tala de manglar, construir obras más allá de las autorizaciones ambientales e incluso por proyectos gubernamentales que afectan áreas naturales. La sede de la COP13, el hotel Moon Palace, no escapa a estas quejas y ciudadanos han presentado querellas que han llevado a por lo menos 10 procedimientos administrativos durante la última década ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), sostuvo Araceli Domínguez, del Grupo Ecologista del Mayab.

El caso más reciente que involucra al hotel es el proyecto de construcción de un arrecife artificial de concreto frente a sus instalaciones –con lo cual ganaría playa– como parte de un plan promovido por la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas (Conanp), la encargada de velar por la conservación de estos sitios. Apenas el lunes, ésta anunció la suspensión temporal de este plan para revalorar su viabilidad técnica y científica.

El proyecto contempla instalar una barrera rompeolas de 250 metros de largo, conformada por 324 piezas de estructura de cemento, denominadas arrecifes modulares artificiales sobre zonas de pastos marinos y arenales a una profundidad de 1.5 metros. El 19 de octubre el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) presentó un recurso de revisión, en representación de integrantes del Consejo Asesor del Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos y habitantes del sitio, solicitando la revocación de la autorización otorgada por Semarnat.

El año pasado la Profepa encontró que la empresa Dolphin Discovery, que opera en este hotel, realizaba nado con delfines sin la autorización de impacto ambiental requerido, por que la actividad se realiza en áreas del parque nacional Arrecife de Puerto Morelos. Hace nueve años Moon Palace fue denunciado por violar la ley forestal por obras de tala y relleno de manglar.

Los diferendos ambientales entre organizaciones ambientalistas y ciudadanos contra los desarrolladores llevaron el año pasado a uno de los mayores escándalos: la paraestatal Fonatur entró la madrugada del 28 de julio con maquinaria pesada a talar manglares a la Laguna de Tajamar, con un permiso ambiental –a punto de vencer– para la construcción de un malecón, lo que ocasionó una gran movilización ciudadana. El proyecto tenía varias impugnaciones legales por una autorización presuntamente irregular y la Profepa determinó suspender las obras.

Quintana Roo es el segundo estado con mayor superficie de manglar, después de Campeche, con 129 mil hectáreas, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. En general, el Caribe mexicano está bajo constante presión por cambio de uso de suelo para desarrollos turísticos irregulares que impactan los ecosistemas de las península, ha habido un sinnúmero de proyectos que se han detenido porque depredan el medio ambiente, considera María Elena Sánchez de la organización Teyeliz.

El municipio Benito Juárez, donde se localiza este centro turístico, ha multiplicado su población, al pasar de 36 mil habitantes en 1980 a 743 mil en 2015, de acuerdo con datos del Inegi. Esto ha ido en paralelo al aumento de la actividad turística que se extiende por la Riviera Maya y las islas aledañas. Cada vez se ven más solicitudes de proyectos de restauración de playas, que se pierden por la instalación de infraestructura turística, y ésta es cuestionada por la remoción de dunas, manglares, lo cual ocasiona erosión, entre otros daños, indica en entrevista Sandra Moguel de la oficina regional sureste del Cemda.

Ejemplifica que el proyecto del Hotel Riviera Cancún de la empresa Riusa, obtuvo una autorización de la Semarnat para el cambio de uso de suelo forestal para construir en las áreas protegidas Manglares de Nichupté y Costa occidental isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc”. En las conferencias internacionales “se anuncian metas, mientras en los hechos se afectan áreas sin tener justificación. Parece una simulación¨, concluye Moguel.