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Adiós, Fidel Castro

Relanza gobierno relación diplomática

Nexos México-Cuba, del apoyo irrestricto a las críticas en la ONU
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El mandatario Fidel Castro durante su discurso para conmemorar el 30 aniversario de la Revolución Cubana, el 8 de enero de 1989Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de noviembre de 2016, p. 22

Con más de 100 años de historia, la relación entre México y Cuba se ha caracterizado por altibajos y claroscuros. De un apoyo irrestricto de los gobiernos priístas al régimen revolucionario en la década de los años 60 del siglo XX, se pasó al distanciamiento en la administración del panista Vicente Fox, y, recientemente, al relanzamiento de los vínculos comerciales, económicos y diplomáticos.

Sin embargo, en medio de estos avatares, México nunca ha roto relaciones diplomáticas y mantuvo siempre su rechazo al bloqueo económico que Estados Unidos impuso a la isla.

Por décadas, el vínculo entre los dos países permaneció sin mayor variación. Los gobiernos priístas construyeron a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado una relación cercana y de respeto con la gestión de Fidel Castro. Pero la llegada de Ernesto Zedillo a la Presidencia de la República cambió las cosas. Su decisión de acercarse a la disidencia cubana y votar en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), al lado de Estados Unidos, un proyecto que llamaba la atención sobre la situación de las garantías individuales en la isla, generó un distanciamiento entre ambos estados.

La molestia del entonces presidente Castro no se hizo esperar. En diciembre de 1998, durante una reunión del Sistema Económico Latinoamericano, consideró que México se había alejado de América Latina y estaba más interesado en pertenecer al club de los países ricos. En tono irónico agregó que el país estaba invadido por la cultura estadunidense y los niños conocían más a Mickey Mouse que a sus héroes nacionales.

El incidente provocó que la Secretaría de Relaciones Exteriores exigiera una explicación oficial de los hechos. Al final, el diferendo se superó con la decisión del comandante de publicar una carta disculpándose con los niños mexicanos, recordó el entonces embajador en La Habana y ahora secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.

Pese a ello, el vínculo bilateral siguió deteriorándose. El gobierno del panista Vicente Fox prosiguió la ruta trazada por Zedillo de votar contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y en el acercamiento con la disidencia. En 2002 se registró el famoso desencuentro conocido como el comes y te vas, que tuvo lugar durante la Cumbre de Monterrey, cuando Fox pidió a Castro retirarse de la reunión para que no se encontrara con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

Sin embargo, el mayor enfriamiento de la relación se registró en 2004, cuando la SRE retiró a su embajadora en la isla, Roberta Lajous, y solicitó la salida del representante cubano en el país, Jorge Bolaños. El argumento fue que dirigentes del Partido Comunista realizaron actividades inaceptables en México, aunque lo cierto es que sólo habían tenido reuniones con dirigentes políticos.

Detrás de la decisión mexicana se encontraba el temor de que el gobierno cubano diera a conocer las grabaciones con el interrogatorio efectuado al empresario Carlos Ahumada Kurtz, detenido en La Habana, en las que se confirmaba el complot orquestado por el ex presidente Carlos Salinas y varios panistas para detener el avance electoral de Andrés Manuel López Obrador.

Al llegar a Los Pinos, Felipe Calderón trató de recomponer los vínculos con el país caribeño, al igual que Enrique Peña Nieto.