La armonía improvisada de las cuerdas, percusiones y acordes se convirtió en el efusivo fondo musical de la proyección de la película silente El puño de hierro, restaurada digitalmente en su totalidad.

El último largometraje del director mexicano Gabriel García Moreno, filmado en Orizaba, Veracruz, en 1927, fue presentado por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) junto con la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el Centro Cultural Universitario.

En esta función de gala, ambas instituciones se unen para dar a conocer el trabajo de restauración de las pocas películas que aún existen del cine mudo mexicano, señaló el secretario de la Academia, Everardo González.

El puño de hierro fue musicalizada en vivo por el Ensamble Cine Mudo, dirigido por José María Serralde, quien describió la cinta como una obra de estética estridente y explosiva.

Se trata de la primera película mexicana que, osada y abiertamente, lleva a escena el tema de las adicciones en el país, así como sus implicaciones en medio de un ambiente teñido de violencia, crimen, romance, humor, traición y heroísmo.

Narra un episodio del joven Carlos Hernán bajo los efectos de la morfina y otras drogas facilitadas por El Buitre, mano derecha del traficante El Tieso, en el que la banda El Murciélago asuela la región al asaltar y secuestrar a los hacendados.

Treinta años después de su estreno, el historiador cinematográfico Aurelio de los Reyes rescató siete rollos de la película cuando trabajaba en la empresa William Mayer. En 1969 los ingresó a la Filmoteca de la UNAM para su conservación y restauración.

El puño de hierro fue reconstruida en su relato a partir de la sinopsis original y de una rigurosa investigación para apegarse a la continuidad de la historia.

La restauración abarcó los 11 mil 830 fotogramas de la producción, los intertítulos y la corrección de las traducciones al inglés. Además del retoque de luces y sus variaciones, la inestabilidad de cuadros, rayones y polvo en los rollos.

El filme logró sobrevivir en el tiempo y salir de entre las sombras del olvido para cobrar un nuevo brillo, al contrario de lo que ocurrió con la mayoría del cine mudo mexicano.

El largometraje fue seleccionado para presentarse en el festival internacional de cine Il Cinema Ritrovato, en Bolonia, Italia, en julio de 2017.

México, por conducto de la Filmoteca de la UNAM, es el único país de Latinoamérica invitado a esta edición del encuentro, consagrado a la presentación de películas que se consideraban perdidas.