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Arqueólogos descubren seis osamentas que podrían arrojar nuevas luces sobre esa cultura

Hallazgo en Copán sugiere que antiguos mayas hacían sacrificios humanos

‘‘Suponemos que esos entierros son sacrificios para alguien más importante”, afirma el científico Seiichi Nakamura

En tres semanas extraerán los restos de un séptimo personaje, adelantan

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Guaras rojas (guacamayas), ave nacional de Honduras, sobrevuelan el Parque Arqueológico de Copán, 260 kilómetros al noroeste de Tegucigalpa. El reciente descubrimiento en esa zona, que se inscribe en un proyecto financiado por Japón, arroja nueva luz sobre los mayas. Los seis esqueletos hallados en una colina probablemente se relacionan con la muerte de un integrante de la familia realFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de noviembre de 2016, p. 4

Ruinas de Copán, Honduras.

Excavando dos fosas en la cima de una pequeña colina en el Parque Arqueológico Copán, arqueólogos japoneses descubrieron seis osamentas que podrían arrojar nuevas luces sobre la deslumbrante cultura maya.

Los análisis del hallazgo sugieren que los antiguos mayas hacían sacrificios cuando un miembro del linaje moría, para que acompañaran a su espíritu a la otra vida.

Suponemos que esos entierros que hemos hallado son sacrificios para alguien más importante, afirmó el científico japonés Seiichi Nakamura durante una visita al parque, situado 260 kilómetros al noroeste de Tegucigalpa.

En su proyecto de investigación, financiado por Japón, Nakamura y su equipo excavaron frente a una antigua vivienda, la más importante de un complejo de 21 residencias que se erige en la cúspide de la colina y que data de 500 años aC.

En la habitación principal sobresale una banca de bloques de piedra volcánica, que será desmontada después de enumerar cada uno de los bloques para extraer una séptima osamenta que los científicos presumen correspondía a un rey o un miembro del linaje gobernante.

La osamenta tiene que ser de alguien muy importante en la sociedad copaneca antigua; por lo menos tiene que ser miembro de la élite y posiblemente tenga relación con la familia real, señaló Nakamura.

Pequeño noble músico

El grupo de 21 viviendas colinda con otro más pequeño donde, entre 2003 y 2004, Seiichi Nakamura exhumó los restos de un niño de unos 12 años de edad, perteneciente a la realeza que presume fue músico, porque entre las ofrendas tenía instrumentos musicales, incluida una flauta.

Las dos áreas residenciales están a 150 metros de la Gran Plaza del Grupo Principal, el centro ceremonial político y religioso de Copán.

En el grupo, de dos kilómetros cuadrados, sobresalen la escalinata de los jeroglíficos, el campo de pelota y la acrópolis, obras todas construidas con bloques rectangulares de piedra.

Copán fue gobernada por una dinastía de 16 reyes entre los años 425 y 720 de la era cristiana, aunque los científicos han hallado cerámica que data de 3 mil 200 años aC.

En la ciudad, los expertos contabilizaron 3 mil 450 edificios en 24 kilómetros cuadrados y estimaron una población de unas 40 mil personas.

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Una flauta encontrada junto a los restos de un niño de unos 12 años de edad, perteneciente a la realeza, que se presume era músico, porque en su ofrenda había instrumentos sonorosFoto Afp

La ciudad fue la capital de la cultura y las ciencias de los mayas, cuyos dominios se extendieron en 324 mil kilómetros cuadradados por el sur de México, Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador.

En busca de los reyes

Los arqueólogos han rescatado las osamentas de seis de los 16 reyes, pero hay cinco de los cuales no conocen ni su nombre.

Melvin Fuentes, asistente de Seiichi Nakamura, advirtió que el hallazgo ha creado grandes expectativas que serán despejadas en tres semanas, cuando sean extraídos los restos del personaje principal, sobre todo por la época a la que pertenece.

Estimó que si el personaje fuera un miembro de la dinastía, tendría que ser uno de los reyes desconocidos, quinto o sexto –que ejercieron corto tiempo por causas también desconocidas, entre los años 495 y 504–, o el séptimo (504-544), Nenúfar Jaguar.

Según Fuentes, la osamenta también puede pertenecer a un astrólogo, matemático o chamán, que eran personas importantes, sepultadas con ofrendas de las que se puede obtener información acerca de la época.

Los restos óseos de los seis reyes rescatados están en el Centro Regional de Investigaciones Arqueológicas (CRIE), entre unas mil 500 osamentas descubiertas desde 1970.

Entre los restos rescatados están los del primer rey, K’inich Yax K’uk’ Mo’ (años 427-435), lo mismo que los de su esposa, Petate Cabeza.

Del único que hay certeza de que no fue enterrado en Copán es el décimo tercer rey, conocido como XVIII Conejo.

En 1738 fue llevado por su subalterno rey de Quiriguá a territorio donde hoy es Guatemala, y lo decapitó por causas todavía no esclarecidas.

En la escalinata de los jeroglíficos se habla de la muerte, pero no explica que fue decapitado, ilustró Seiichi Nakamura, quien expuso que XVIII Conejo erigió la mayoría de las estelas de Copán, donde los españoles a su llegada, en el siglo XV, sólo encontraron las estructuras de las edificaciones de piedra.

Nakamura descarta que los mayas hayan desaparecido y piensa que emigraron cuando el sistema político se colapsó, acontecimiento cuyas causas siguen desafiando la investigación de los arqueólogos que trabajan en la interpretación de jeroglíficos de esa civilización precolombina.