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Para 2019 espera incorporar el misil balístico intercontinental más potente del mundo

Revela el Kremlin secretos de su arsenal nuclear

Los renglones clasificados del gasto militar ruso constituyen 18% del total destinado a la defensa

Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 1º de noviembre de 2016, p. 20

Moscú.

A diferencia de lo que ocurría en la época soviética, cuando se mantenía en el más estricto secreto todo lo relacionado con la creación de nuevo armamento nuclear hasta que llegaba el día de su presentación oficial en algún desfile militar en la Plaza Roja de Moscú, el Kremlin rompió esa regla al autorizar la difusión de noticias que pretenden dejar en claro que, ante el nivel de confrontación que existe, Rusia reclama un trato especial acorde con su renovado arsenal nuclear.

De este modo, la posesión de armas de destrucción masiva –más que componente esencial del equilibro nuclear como base de la política de disuasión que convierte el uso de las armas nucleares en un acto suicida– se convierte para Rusia, igual que para Estados Unidos, en factor de presión al defender sus intereses más allá de su territorio.

Quizá por ello, mientras cualquier ciudadano ruso podría ir muchos años a la cárcel por revelar detalles de la fabricación de nuevas armas nucleares –y en un contexto en que los renglones clasificados del gasto militar constituyen 18 por ciento del total para defensa y, tras los últimos ajustes, registraron un incremento de 11 mil millones de dólares en el proyecto de presupuesto para 2017 que votará la Duma en noviembre–, las propias autoridades quitaron hace unos días el velo de misterio sobre uno de sus secretos mejor guardados, a pesar de que aún se encuentra en fase de proyecto.

Primero, como si fuera lo más habitual, apareció –en la página web del Centro Estatal de Misiles Académico V.P. Makeyev– la foto de un misil balístico intercontinental denominado por sus diseñadores RS-28 Sarmat y días después el Ministerio de Defensa distribuyó otra foto que ilustra la prueba de un nuevo bloque que utiliza el hipersonido al realizar maniobras con las cargas explosivas de esa clase de cohetes.

Los comentarios de los expertos apuntan a que el Sarmat será el misil balístico intercontinental más potente en el mundo: tendrá una capacidad de devastación 2 mil veces mayor que las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki juntas.

De 32 metros de largo y hasta 160 toneladas de peso, el Sarmat, que se desplazará a 7 mil kilómetros por hora, podría llevar hasta 15 ojivas nucleares dirigibles y preparadas para eludir los sistemas de defensa antimisil que, según un periódico moscovita, son capaces de aniquilar un país del tamaño de Francia con un solo lanzamiento.

El ejército de Rusia, según el general Serguei Karakayev, comandante en jefe de las fuerzas de misiles estratégicos, esperan incorporar a su arsenal nuclear el Sarmat a más tardar en 2019, en las regiones de Krasnoyarsk y de Oremburgo.

Hasta donde se tiene conocimiento es la cuarta vez que el Kremlin revela un secreto relativo a su arsenal nuclear. Hace dos años se filtró a la prensa que Rusia tiene activado un sistema automático de lanzamiento de misiles llamado Perimetr que funcionaría aun si se destruye el centro estratégico de mando. Poco después, en una reunión del presidente Vladimir Putin con militares, las cámaras captaron por descuido una diapositiva del programa ultrasecreto Estatus-6, que según pudo leerse en la pantalla del televisor está llamado a paralizar instalaciones claves de la economía del enemigo en la zona costera y a contaminar con radiación amplias regiones.

De la prensa local se infiere que Rusia, a pesar de la crisis económica, invierte ingentes sumas en otros programas de rearme nuclear. No se conocen los detalles, pero los propios altos funcionarios del Ministerio de Defensa de vez en cuando hacen alguna referencia tangencial como, por ejemplo, el viceministro Yuri Borisov, quien dijo hace poco que no existe ningún problema para fabricar el sistema ferroviario de misiles Barguzin, que –camuflados los trenes– se supone resultaría indetectable por los satélites.

Putin acaba de reiterar que su país no tiene la intención de atacar a nadie, al tiempo que Rusia se reserva el derecho de usar el armamento nuclear en caso de que se vulneren sus intereses, si bien el titular del Kremlin no define cuál es la línea que nadie debe cruzar y que tal vez quiera negociar con el siguiente presidente estadunidense.