Sociedad y Justicia
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El Papa canoniza a José Sánchez del Río, torturado y asesinado a los 14 años

Niño cristero, el nuevo santo nacional

Nunca como ahora es tan fácil ganarse el cielo, dijo a su madre al unirse a la batalla católica

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Creyentes mostraron pancartas con la imagen de José Sánchez del Río en la plaza de San Pedro, durante la misa de canonización realizada en El VaticanoFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de octubre de 2016, p. 37

El nuevo santo mexicano, canonizado ayer por el papa Francisco, es un niño de 14 años que fue mártir de la Guerra Cristera, el conflicto de finales de la década de 1920 que enfrentó a católicos alzados en armas a tropas gubernamentales laicas por restricciones a la libertad religiosa.

El pontífice declaró santo a José Sánchez del Río y a otras seis personas el domingo en una de las últimas misas grandes de su Año de la Misericordia.

Los santos son hombres y mujeres que se adentraron por completo en el misterio de la oración. Hombres y mujeres que se esforzaron, permitiendo que el Espíritu Santo orara y se debatiera en ellos, declaró el Papa.

También fueron canonizados los sacerdotes italianos Lodovico Pavoni y Alfonso María Fusco, el cura argentino José Gabriel del Rosario Brochero, el mártir francés Salomone Leclercq, la monja francesa Elisabeth de la Trinidad y el obispo español Manuel González García.

José Sánchez del Río nació en 1913 en Sahuayo, en el estado occidental de Michoacán. En 1926, cuando él tenía 13 años, la revolución cristera estalló al ser decretada la suspensión del culto público.

Con los alzados

José se unió a los alzados ese año, pero debido a su corta edad sólo le permitían colaborar como ayudante de los mandos. Sus devotos cuentan que logró convencer a su madre con una frase que luego repetiría: Nunca como ahora es tan fácil ganarse el cielo.

Fue hecho prisionero en un enfrentamiento y luego, según cuenta la agencia católica ACIPrensa, fue torturado, pero ni los cortes que le hicieron en los pies ni los golpes que le dieron lograron que renunciara a sus creencias.

Al borde de la fosa donde lo enterrarían fue apuñalado mientras gritaba ¡Viva Cristo Rey!. Un disparo en la cabeza lo mató en el mismo pueblo que lo vio nacer y donde se conservan algunas de sus reliquias.

José Sánchez del Río fue beatificado el 20 de noviembre de 2005. Más de una década después, ya es santo.