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Nosotros ya no somos los mismos

Un baúl mundo en el que todo tenga un lugar

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Francisco autorizó otorgar un donativo de 100 mil dólares a las víctimas de Matthew en Haití. Shakira, en cambio, entregó 400 mil dólaresFoto Ap
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a columneta se inicia con un reconocimiento a la atingencia de don Julián Andrade Jardí, responsable de las tareas de comunicación social del Gobierno de la Ciudad de México, quien el pasado lunes, cuando el sol ni amacizaba siquiera, ya me acusaba recibo de la petición que le formulaba al doctor Mancera en la edición de La Jornada de ese día 10. Me dijo que platicaría con su jefe y se pondría en contacto conmigo. Aclaro que quien está en falta soy yo, pues no he hecho llegar el escrito oficial de mi petición a la autoridad competente. Reconozco, obviamente, que el jefe de Gobierno no está constitucionalmente obligado a ser parte de la multitud . Cuando la pelota pase a la cancha oficial comenzará la cuenta del breve término a que hace mención la normatividad. Los mantendré al tanto.

Al final de su excepcional columna Plaza Pública, el laureado periodista Miguel Ángel Granados acostumbraba agregar una breve adenda a la que denominó Cajón de sastre. Recuerdo que alguna vez explicó lo que con esto quería decir y que más o menos significa: conjunto de cosas muy diversas, sin orden ni relación. En ese cajón Granados Chapa metía notas que consideraba de interés y que no deseaba que perdieran su eficacia noticiosa. Eran unos cuantos renglones a los que en ocasiones regresaba y ampliaba, pero que en el momento habían aportado el beneficio de la oportunidad. Yo, más que un cajón, necesito un baúl mundo (recuérdense las enormes maletas con las que viajaban las señoras de alcurnia y las vedetes de postín). Tengo tantas de esas notas como para acabar el año sin voltear a ver lo que sucede a diario. Algunas, interesantísimas, ya caducaron y debo renunciar a ellas, o la columneta se convertiría en un rosario de flashbacks. Por eso, precisamente, voy a intentar ir desahogando algunas notas que merecen ser aireadas de nueva cuenta. Hay cuestiones que para bien o mal no deben caer en el olvido, entre ellas, la nómina de los mexicanos excepcionales que en las ciencias, el arte, el deporte son orgullo de nuestro nepotismo nacional, tan sólo por unos días y luego de convierte en síndrome del alzheimer colectivo.

Pues ayer domingo que recordaba el Cajón de sastre, me vino a la mente que por estas fechas había fallecido Miguel Ángel. Lo consulté, y con asombro descubrí que el lamentable deceso fue precisamente el 16 de octubre de hace cinco años. Me estremecí y me dediqué a recordar nuestra añeja y accidentada amistad. A Miguel Ángel, como a Scherer, Leñero, Fray Alberto, Méndez Arceo y a otros cristianos de los que, ciertamente hay muy pocos, los conocí merced a los buenos oficios de este príncipe de la rumba Froy Lop’narváe, llegado, no se puede precisar si de Santiago (tierra soberana), de La Loma o de la provincia de Charcas, SLP. Pronto, ya que se me presentó a la primera invocación, les cronicaré algunas peripecias vividas con este ilustre hidalguense del que me separaban creencias, usos y costumbres, pero con el que me identificaba en principios y también en aspiraciones y objetivos finales. La ideología nos acercaba y la política (estrategia, tácticas, tiempos y modos nos distanciaban). Miguel Ángel, sin lugar a dudas, compartió con su amigo Manuel Buendía (de quien también tengo cosas de su vida y su proditorio asesinato que quiero y debo contar), el sitial de los grandes periodistas del pasado y el presente siglo. Lugar de reconocimiento y respeto que, a fuer de sincero, no suele ser muy competido).

Con ese recuerdo, estrenaré hoy mi baúl mundo. 1. No hay duda: si hay algo pluripartidista, es la estupidez. Arriba a mi derecha, solía decir el inolvidable Doctor IQ, en el programa radial que no ha podido superar televisora alguna. Aquí tenemos a una dama y un caballero, doctor. –Veamos señora: ¿Cuál es el nombre del extraordinario poeta nacido en la India, que en 1913 ganó el premio Nobel de Literatura? Y usted, licenciado, Fox, me puede dar el nombre del genial escritor argentino que nunca lo recibió? A coro la pareja de los humanistas, enciclopédicos, contestan: Borgues, Borgues –dice él. Doña Rabina Gran Tagore, a media lengua, pero exultante grita, la madre de los fenicios redivivos que han hecho del Fobaproa, el abracadabra de su fortuna.

Hace un año, en un acto frente al Presidente de la República, el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, que había sido candidato del PAN-PRD, afirmó: (En Sinaloa) hemos cobrado mucha importancia con el tema de los trasplantes multiorgásmicos. El mundo entero hizo cera y pabilo del torpe e ignaro gobernante. Lo increíble es que los asistentes, en lugar de guardar un silencio pleno de conmiseración, rieron y aplaudieron como si ser imbécil fuera una gracia. Los aplausos se justificarían a posteriori, pues parece que la declaración del atinado gobernante, acrecentó de manera considerable el llamado turismo sexual: mujeres frígidas y hombres con disfunción eréctil agotaron la oferta hotelera de la ciudad, después de ese comercial tan preciso. Por esta ocasión la justicia no fue expedita (¿por ésta?), pero al fin, a un año del gafe del gobernador, su director de giras, don Sergio Martel, en un acto presidido por el propio gobernante y Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Agrícola, despojó a su jefe y dador de sus quincenas de nombre y de rango: ante el asombro de tirios y troyanos (que no sé que andaban haciendo por allí), al mencionar el presídium resaltó la presencia del señor gobernador de Sinaloa, licenciado Francisco Labastida Ochoa. Éste, que ciertamente lo había sido, pero seis sexenios antes, al enterarse de la espontánea remembranza, no pudo sino exhalar un suspiro y agradecido le comentó a Jorge Alcocer: que espléndido director de mi campaña hubiera sido Martel.

2. Dos de don Francisco. En la Plaza de San Pedro el Papa externó, por segunda vez, la consternación que le había producido el asesinato de tres sacerdotes, en los estados mexicanos de Veracruz y Michoacán. En compañía de un grupo de prelados entonó un himno en honor a La Guadalupana. Si don Francisco midiera con el mismo rasero a los mexicanos caídos por la irracional violencia que prevalece en México, y cuyos derechos autorales nadie le puede disputar al piadoso y cotidiano comulgante Felipe de Jesús Calderón, se la pasaría cantado “de noche y de día como melodía…” (Las regalías corresponderían a don Gonzalo Curiel). 3. Don Francisco autorizó al Pontificio Consejo Cor Unum otorgar un donativo de 100 mil dólares a las víctimas del huracán Matthew, en Haití. Dice la voz popular que: a lo dado no le ve lado. Por ello, gracias don Fran… Santo Padre (lo hereje no quita lo agradecido). Sin otro afán que dimensionar la generosidad este óbolo (por favor checar el significado exacto del vocablo), les proporciono algunos referentes: en 2010, Haití, país jodidísimo, sufrió un terremoto. La inconmensurable joven Shakira (ella sí que es un terremoto, un tsunami, un volcán en máxima erupción y un instantáneo calentamiento global) donó, de su riqueza económica personal, 400 mil dólares. El probo, desprendido, humilde, cristiano, cardenal Norberto Rivera, invirtió en su última francachela de unas horas, alrededor de millón y medio de pesos, para atender a unos 200 invitados (hambrientos sólo por sus dietas), (¿Cuánto recuperaría, con los modestos presentes, que en una mesa de regalos de Neiman Marcus, recomendada por la maestra Gordillo, le dejaron sus invitados?) La ONU consideró que los damnificados en Haití eran alrededor de millón y medio, y que los requerimientos económicos alcanzaban la suma de 119.5 millones de dólares. Don Francisco, gracias por su desprendimiento pero, con la mayor humildad me atrevo a una sugerencia: si los pocos días que le quedan a don Norberto, antes de su retiro y jugoso pago de marcha, se le comisiona a realizar rumbosas posadas, semejantes a la celebración de su natalicio, seguramente se conseguirán fondos vastos. Y una rasguñadita a los diezmos y primicias que fueron la obsesión del satánico Doctor Sí, el obispo Onésimo Cepeda, podría contribuir a convertir al miserable Haití, en el paradisiaco Hawai.

Por cierto, realicé una pequeña encuesta telefónica, mucho más seria y honorable que las que nos recetan los mercaderes de la opinión pública, durante cada elección y obtuve asombrosos resultados que les daré a conocer de inmediato.

Se cierra por hoy el baúl mundo, con los anuncios de próximas primicias. Entre ellas, mi intención de voto por Javier Corral, la transformación del panista José Luis Preciado en el Charlton Heston de Colima, la declaración del panista presidente del Congreso de Querétaro y, por supuesto, la incontinencia de lo que queda de Nico Alvarado, ahora en su rol de chivato, de soplón: ¡No fui yo, fue el rector

Twitter: @ortiztejeda