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Bufandero, parte del proyecto OM21, se montó en el Teatro Principal

Crean ex profeso para el FIC provocadora ópera de cámara

Aborda el viaje de iniciación de un burócrata alienado hacia la rebeldía

Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 16 de octubre de 2016, p. 7

Guanajuato, Gto.

La fotocopiadora se ha descompuesto y suscita una tragedia para X, un oficinista cualquiera, en Bufadero, ópera de Hebert Vázquez, propuesta creada para la edición 44 del Festival Internacional Cervantino (FIC). Toda mi vida he sentido náuseas, fiebre, rabia y tristeza, confiesa desesperado el protagonista.

La obra onírica en 12 cuadros para cuatro cantantes, comisionada por el FIC, trata de un burócrata que por una falla del destino explota y se hace consciente de la opresión a la que se ve sometido en esta vida alienada, reducido por la empresa en que trabaja. Entonces es lanzado a un viaje de iniciación, explicó en entrevista con La Jornada el compositor de la obra.

Creada en la tradición de una ópera bufa, expuso, busca hacer contacto con el público y provocar risa, pero al mismo tiempo hace una crítica a la sociedad actual, castraste y alienante, conversó Vázquez entre las dos funciones en Guanajuato, en el Teatro Principal, el 13 y 14 de octubre. Hay un humor muy ácido, oscuro, al estilo David Lynch.

Violencia y sexo hacen presencia en la historia contemporánea, que busca divertir y al mismo tiempo inquietar con una escenificación muy fuerte y directa. Como autor, opina sobre la pieza del siglo XXI, que no busca un humor como el del siglo XVIII o XIX, sería absurdo. No creo que cambie tanto lo que buscamos ahora, como compositor de ópera, a lo que se hacía hace un siglo, pues “la intención es expresar la noción de tu propia época y un posicionamiento frente a tu tiempo en función de una crítica.

X es un antihéroe, hablando un poco del paralelismo con la misión del Cervantino de festejar al Quijote, opinó sobre el protagonista de esta aventura surreal, un tanto salvaje, que retrata la neurosis actual. Un camerino en vida sobre el escenario, un efímero table dance e incluso el umbral ante la muerte se unen al conjunto de cinco músicos del ensamble Tempus Fugit.

Siempre listo, en la casa, la escuela o la oficina, canta X frente a la luz intermitente de la fotocopiadora, antes de su encuentro con personajes peculiares: un maniquí de Hugo Boss que cobra vida y lo incita a dejar de ser un ajolote para convertirse en hombre, y Sasha, actriz de porno, quien ha sido el amor de su vida, pues lo ha hecho feliz en casa o en el trabajo.

Juego desde lo onírico

Flauta, violín, violonchelo, contrabajo y piano son los cinco instrumentos que recrean en vivo la música, el máximo número de elementos que permite el FIC en sus especificaciones para la obra nueva que encarga cada año como parte del proyecto OM21.

En el caso de la partitura de Vázquez, es una música muy ecléctica. Por ejemplo, el aria de la actriz porno plantea la imagen de La Piedad, más íntima y atonal. La gran variedad de estilos busca acompañar el dinamismo del libreto.

Incluso Dios es uno de los personajes corales, a quien enfurecido X cuestiona por la sabiduría de Salomón, los maricones y los iPhones.

El libreto es del dramaturgo Luis Ayhllòn, muy sintético, en su propia voz. Me interesaba que desde el texto hubiera un planteamiento musical y las palabras adecuadas para remitir al lenguaje hablado, para jugar desde un punto de vista onírico y sumergirnos en la mente de este personaje enloquecido.

Ante la pieza onírica, salvaje y violenta, con abiertas referencias sexuales, el público externaba risa, a veces sonora, otras más bien tensa y nerviosa. En opinión de Vázquez, el objetivo es que se divierta, pero al mismo tiempo le resulte inquietante”. Así ocurrió durante el estreno en la Ciudad de México, el pasado 9 de octubre, en el Teatro de las Artes.

Ante la estupefacción, e incluso censura de algunos medios, el compositor y el libretista cuestionan la existencia de prejuicios e inercia, de un montaje que tiene elementos que se ven a diario en la televisión o en el cine. Su deseo: que se sigan haciendo óperas de cámara, con temas actuales y no causen tanto conflicto.