Sociedad y Justicia
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Promueven perforación con esa técnica con la promesa de acceder a reservas de hidrocarburos

Se extiende el fracking en AL a costa de salud, agua y suelo

Advierten que en México se explotan 924 pozos; se desconocen las sustancias que se inyectan

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Protesta de miembros de la Alianza Mexicana contra el Fracking entregaron firmas a los senadores Layda Sansores y Benjamín Robles MontoyaFoto Pablo Ramos
 
Periódico La Jornada
Jueves 13 de octubre de 2016, p. 37

Con la promesa de acceder a nuevas reservas de gas y petróleo, la práctica del fracking (fracturación hidráulica) se extiende en América Latina con consecuencias como el desplazamiento de comunidades, colapso de la agricultura, contaminación del agua y del suelo. Tan sólo en Estados Unidos se han perforado 9 mil pozos con ese fin y esto se prevé trasladarla a México.

En países como Argentina, donde el fracking comenzó en 2010, se pueden encontrar pozos cerrados frente a las escuelas, en las calles, carreteras, sin advertencias y con riesgos a la salud por las centenas de químicos que se utilizaron en ellos. No hay remediación de los sitios.

Esto se señaló ayer durante la presentación del informe Última frontera, políticas públicas y resistencia al fracking en América Latina, elaborado por la Alianza Latinoamericana frente al Fracking. Ahí, Manuel Llano, de la asociación CartoCrítica, advirtió que en México ya se ha hecho explotación en 924 pozos mediante el fracking en yacimientos tradicionales. Esto se hace para estimular la producción en ellos con nitrógeno u otras sustancias.

Con la fracturación hidráulica, lo que se conoce hasta ahora para México, es que el plan es explotar gas de lutitas en las cuencas de Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas y Veracruz. El fracking es una técnica de extracción de gas shale con la apertura de pozos a grandes profundidades, donde se perforan las lutitas con una combinación de agua con al menos 750 químicos, estos cocteles de sustancias tóxicas están protegidos por patentes, por lo que se desconoce la información precisa de su composición, aseveró Llano.

Señaló que esta práctica de extracción de gas, avalada con la reforma energética, se da en una gran opacidad. Por medio de solicitudes de información por transparencia es que se ha logrado tener información y conocer las perspectivas que se tienen sobre este tipo de explotación para el país, mencionó.

Por su parte, Aline Velázquez, de la organización Aída, refirió que en América Latina se han creado alianzas entre organizaciones de las naciones, el avance se hace a ciegas, en ningún país de la región se conocen realmente sus alcances. El rol de la sociedad civil es clave.

Felipe Gutiérrez, chileno, editor del informe y conocedor del caso de Argentina, precisó que la fracturación hidráulica llegó en 2010 a este país, luego de que al menos tres lustros antes era autosuficiente, pasó a la dependencia de hidrocarburos y fue señalado de ser el tercero en reservas de lutitas, lo cual modificó la política energética en favor del fracking.

Apuntó que los pozos tienen una vigencia de tres años, después de ese tiempo se abandonan. Apuntó que las consecuencias sociales son que las empresas para hacer esa actividad corren a las comunidades de sus tierras, y así suman territorios a la generación de capital.

Refirió que en la presentación de videos con testimonios de pobladores argentinos, indígenas mapuches, se observan los daños a la fruticultura, al campo. La desolación de las comunidades por la pérdida de sus opciones de empleo y de vida.

Claudia Campero, de la Alianza Mexicana contra el Fracking, sostuvo que municipios como Xilitla, en San Luis Potosí, y Cuetzalan, en Puebla, se han declarado territorios libres de fracking.

El informe advierte que en los países pioneros en el desarrollo del fracking, como Estados Unidos, Canadá e Inglaterra, existe sobrada evidencia de los impactos severos de esta técnica en la salud de las personas y el ambiente. Además, indica que ocasiona una gran contaminación de aguas superficiales y subterráneas, del suelo, emisiones de metano que agrava el cambio climático y hay un riesgo de inducción de temblores.

En México, Colombia, Brasil, Chile y Argentina hay políticas y normas que promueven el fracking.