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Diclofenaco, ibuprofeno, indometacina, ketorolaco y naproxeno, parte de los fármacos

Vinculan analgésicos comunes con el aumento de falla cardiaca

El hecho de que puedan comprarse sin receta en supermercados alimenta el error común de que son inocuos y seguros para todos, alertan

En total se identificaron 92 mil 163 ingresos a hospital por esa causa de 2000 a 2010, según estudio en RU, Holanda, Italia y Alemania

The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 13 de octubre de 2016, p. 2

Analgésicos comunes usados por millones de personas se vinculan a un incremento del riesgo de falla cardiaca, según expertos. Fármacos antinflamatorios no selectivos no esteroideos (conocidos como AINE), como el ibuprofeno, podrían elevar el riesgo de ser hospitalizado con un problema cardiaco, se descubrió en un estudio.

Investigaciones previas habían ligado estos fármacos a un ritmo cardiaco anormal –que pueda causar falla cardiaca– y a un aumento del riesgo de ataque al corazón si se toman con regularidad. Junto con un subgrupo de antinflamatorios conocidos como inhibidores selectivos de la COX-2, estos fármacos se usan para controlar el dolor y la inflamación, y por lo regular los toman personas con artritis.

El nuevo estudio, publicado en el British Medical Journal (BMJ), se basó en datos de casi 10 millones de usuarios de AINE del Reino Unido, Holanda, Italia y Alemania, que emplearon tratamiento con estos medicamentos entre 2000 y 2010. En total se identificaron 92 mil 163 ingresos a hospital por fallas cardiacas entre el grupo.

La investigación descubrió que las personas que habían tomado algún AINE en los 14 días anteriores tenían un riesgo 19 por ciento mayor de ser hospitalizadas por falla cardiaca, en comparación con las que los habían usado en algún punto del pasado.

El riesgo de hospitalización se incrementó en siete AINE tradicionales (diclofenaco, ibuprofeno, indometacina, ketorolaco, naproxeno, nimesulida y piroxicam) y dos inhibidores del COX 2 (etoricoxib y rofecoxib). El aumento de riesgo varió de 16 por ciento en el caso del naproxeno a 83 por ciento en el ketorolaco.

Los investigadores también descubrieron que el riesgo de falla cardiaca se duplicó en el diclofenaco, etoricoxib, indometacina, piroxicam y rofecoxib usados en dosis muy altas, aunque subrayaron que esto debe interpretarse con cautela. Incluso dosis medias de indometacina y etoricoxib se asociaron con un aumento del riesgo, indicó el estudio, pero no había evidencia de que el celecoxib lo incrementara en dosis comunes.

Los expertos comentaron que su estudio ofrece mayor evidencia de que los AINE y los inhibidores selectivos de la COX 2 individuales tradicionales usados con más frecuencia se asocian con un riesgo mayor de hospitalización por falla cardiaca. Además, el peligro parece variar de un fármaco a otro y según la dosis.

En un artículo adjunto, dos investigadores daneses comentan que debido al extendido uso de los AINE, incluso un pequeño incremento en el riesgo cardiovascular es preocupante para la salud pública. Indicaron que el hecho de que puedan comprarse sin receta en supermercados alimenta el error común de que son fármacos inocuos y seguros para todos.

El profesor Peter Weissberg, director médico de la Fundación Británica del Corazón, expresó: “Este gran estudio de observación refuerza investigaciones previas que muestran que algunos AINE, grupo de fármacos que comúnmente toman pacientes con problemas de articulaciones, elevan el riesgo de desarrollar falla cardiaca. Durante algunos años se ha sabido que se necesita cautela al usar esos medicamentos en pacientes de enfermedades cardiacas o en riesgo de padecerlas. Esto se aplica sobre todo a quienes las toman a diario, no ocasionalmente.

Puesto que a menudo los problemas del corazón y de las articulaciones coexisten, en particular en los ancianos, este estudio sirve de recordatorio a los médicos de que consideren con cuidado cómo prescriben los AINE, y a los pacientes, que sólo deben tomar la dosis mínima efectiva por el tiempo más corto posible. Deben comentar su tratamiento con su médico si tienen dudas.

La investigación del BMJ fue dirigida por un equipo de la Universidad de Milán-Bicocca, en Italia.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya