Opinión
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Desde el otro lado

El panorama se aclara

L

a realidad es contundente: en la carrera por la presidencia de Estados Unidos el panorama se empieza a despejar en torno a quién tiene mayores posibilidades de llegar a la Casa Blanca. Las encuestas de opinión constatan que, paulatina pero consistentemente, Hillary Clinton aventaja a Donald Trump. En la semana que acaba de terminar, algunas encuestas de opinión señalan que Clinton tiene cinco puntos porcentuales sobre Trump, lo que confirma una tendencia que se inició a partir del primer debate entre ellos. En el Colegio Electoral, que es lo que cuenta, Clinton posee 276 votos, que representan seis más de los que necesita para ganar; Trump, 191.

Lo que también está claro es que Trump está dispuesto a cavar su propia tumba en cada ocasión que expresa un juicio, independientemente del tema. Después de insultar a Alicia Machado, comparándola con un cerdo por haber ganado peso después de obtener el título de Miss Universo, hace unos días el Washington Post dio a conocer una grabación de 2005 en la que Trump alardea en forma grotesca sobre sus agresiones sexuales a varias mujeres. El resultado es que su campaña sufre la más grave crisis desde que ganó la candidatura. Varios legisladores republicanos, incluido Paul Ryan, líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, han cancelado las invitaciones que le hicieron para participar en sus campañas. La situación es tan delicada que incluso se ha especulado en torno a la posibilidad de que Trump abandone la carrera por la presidencia. Por lo menos 50 prominentes líderes republicanos, entre los que se cuentan gobernadores, senadores y representantes, cuya elección pende de un hilo, han sido enfáticos en sus críticas a Trump, asegurando que no votarán por él. En los dirigentes del Partido Republicano hay pánico ante la posibilidad de que el desprestigio de su candidato presidencial arrastre a una derrota a varios de sus aspirantes al Congreso, lo que pudiera redundar en la pérdida de su mayoría en el Senado.

El énfasis en torno al Senado es debido a que ahí se definirán dos cuestiones importantes de la política estadunidense a corto plazo dentro y fuera del país: el nombramiento de un magistrado en la Suprema Corte, la participación de EU en el medio oriente y la cada vez más tensa relación con Rusia.

Tal vez en el segundo debate entre Clinton y Trump se despeje la incógnita de esta escabrosa carrera presidencial.