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El continente vive desencantado con la democracia, dice el presidente del INE

América, permeable al autoritarismo: Córdova
 
Periódico La Jornada
Jueves 6 de octubre de 2016, p. 10

En el continente americano hay desencanto con la democracia que nos vuelve permeables a las expresiones del autoritarismo, aseveró el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello.

Advirtió sobre los riesgos que encarnan los valores propios de la antidemocracia, de eso que se conoce y se expresa en las llamadas democracias plebiscitarias, fundadas más en las sensaciones, en las impresiones, en los humores de coyuntura, que de democracia tienen poco y nos vuelven permeables a las expresiones del autoritarismo: a la autocracia.

En la apertura del séptimo Foro de la Democracia Latinoamericana, coorganizado con la Organización de Estados Americanos (OEA), expresó que en la actualidad se enfrenta un desencanto con la democracia, con la política, con las sus instituciones, y en particular con los partidos y los parlamentos.

Desde su perspectiva, este fenómeno es muchas veces silencioso, pero cada vez más difundido, y constituye un nuevo caldo de cultivo de diversas expresiones sociales y políticas fundadas en la intolerancia, la exclusión y la discriminación, así como en la mentalidad que reduce temas complejos a blanco o negro, bueno o malo, amigo o enemigo.

En el Palacio de Minería, Córdova Vinaello citó ayer datos del estudio de Latinobarómetro, uno de ellos acerca de que la mitad de la población considera que valdría la pena tener un gobierno no democrático si éste resuelve los problemas que la afectan.

José Woldenberg, quien fue presidente del Instituto Federal Electoral, señaló que el desencanto en México se alimenta de una economía que no crece, de la falta de empleos formales y la proliferación de la informalidad, así como de la migración de millones de jóvenes.

No existe cohesión social, porque no puede existir; somos un país de grupos, clases y pandillas que no se reconocen unos a otros. Si a ello le sumamos una corrupción que se documenta, pero que queda impune, y una espiral de violencia que ha trastocado buena parte de nuestra vida en común, esas son las fuentes profundas del desencanto.