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El japonés y los dos estadunidenses vuelven a las cábalas de la firma Ladbrokes

Murakami, Oates y Roth figuran en póker por el Nobel de Literatura

En los cinco escritores mencionados no hay europeos ni latinoamericanos

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En imágenes tomadas de Internet, Haruki Murakami, Joyce Carol Oates y Philip Roth, quienes se han perpetuado en las conjeturas por acertar el nombre del ganador del máximo galardón literario
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Jueves 6 de octubre de 2016, p. 4

La asignación del Premio Nobel de Literatura 2016, el próximo 13 de octubre (una semana después de lo habitual), abre un panorama emocionante para los amantes de la lectura, que con la idea de imaginar un posible ganador vuelcan la fantasía; las conjeturas se deslizan en la boca y se abren las apuestas.

Ladbrokes, casa de apuestas británica, va a lo concreto y sugiere un póker de candidatos al arriesgar que coinciden con los pronósticos de la prensa del mundo.

El candidato lo define la Academia Sueca, aunque el interés está en el largo y elaborado proceso de elección. El comité del Nobel trabaja un año, descartando centenares de posibilidades a partir de la consulta (para la candidatura), de más de 50 instituciones y expertos de todo el mundo. Lo inescrutable de los cinco candidatos finales, antes de definir uno, no puede ser conocido antes de que pasen 50 años.

En la edición de este 2016 los predilectos han nacido, exceptuando uno, en los años 30 del siglo pasado. No hay europeos ni latinoamericanos.

El primer favorito es el japonés Haruki Murakami (1949), quien es capaz de vender millones de ejemplares en tan sólo un mes.

Murakami, quien venera la música, los gatos y viajar, transporta con su obra a un mundo surreal y onírico. Entre sus novelas más famosas figuran Tokio Blues, Al sur de la frontera y Al oeste del sol y 1Q84. Su enorme fama ha frenado hasta ahora la obtención del Premio Nobel; su candidatura se ha perpetuado desde 2010.

Otro de los abonados candidatos es el sirio Adonis (1930), un renovador de la poesía árabe, quien considera que el poeta tiene un papel fundamental en la sociedad. Su obra, alimentada de la literatura occidental, desafía la tiranía y critica el individualismo deshumanizante. Tiene la convicción de que surgirá una nueva cultura, generada por un profundo cambio interior en el ser humano. Entre sus obras están Cien poesías de amor y Memoria del viento, así como los ensayos Poesía árabe y Violencia e islam.

Desafiar la lógica

El estadunidense Philip Roth (1933), elogiado por la crítica y eterno candidato al Nobel, es autor de American Pastoral (que se ha estrenado en su versión cinematográfica, dirigida por Ewan McGregor), un fresco despiadado de Estados Unidos y las sociedades occidentales. En 2012 Roth anunció su retiro definitivo de las letras.

Otro favorito, quizá más atractivo para el jurado sueco por ser menos conocido –a pesar de figurar entre los más importantes autores africanos–, es el keniano Ngugi Wa Thiong’o (1938), quien ha trabajado por rescatar la identidad africana a partir del uso de la propia lengua; abandonó el inglés ya desde sus primeras obras en los años 70 del siglo pasado, considerando que esa medida es el principio de una recuperación identitaria, desligándola de la cultura europea.

En Something Torn and New: An African Renaissance, por ejemplo, explora la fragmentación africana desde un punto de vista histórico, económico y cultural, fruto de la esclavitud, del colonialismo y la globalización. Su búsqueda es la revitalización, la unión del continente africano.

La quinta favorita es Joyce Carol Oates (1938), autora prolífica y multipremiada, quien cultiva todo tipo de prosa, aunque el thriller es quizás su estilo más característico.

En su obra explora varios temas de la historia estadunidense de los años 60 del siglo pasado a la actualidad: la mujer, la adolescencia, la violencia, la guerra fría, la reivindicación de los derechos de los negros.

¡Hagan sus apuestas! ¡Desa-fíen la lógica del premio! La desilusión está asegurada. El Nobel es una incógnita y puede sacar el as bajo la manga en el último instante, dejando al público boquiabierto y en las nubes.