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A dos años de la tragedia, Rusia y separatistas se niegan a aportar datos esenciales

Misil ruso derribó el avión de Malaysia Airlines en el este de Ucrania: informe

Equipo de expertos presenta un reporte preliminar sobre el suceso, que provocó 298 muertos

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El Equipo Internacional de Investigación presentó ayer en Moscú un informe preliminar sobre las causas del derribo, en 2014, del avión de Malaysia Airlines que volaba de Ámsterdam a Kuala Lumpur con 298 personasFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 29 de septiembre de 2016, p. 26

Moscú.

Hasta ahora –dos años y dos meses después de la tragedia que segó la vida de los 298 pasajeros y miembros de la tripulación del vuelo MH-17 de Malaysia Airlines que viajaban de Ámsterdam hacia Kuala Lumpur–, el Equipo Internacional de Investigación (JIT, por sus siglas en inglés) que trata de esclarecer el derribo del Boeing 777 sobre el territorio de Ucrania del este tiene, según aseguró este miércoles, dos certezas irrefutables:

La primera, el avión se desintegró en el aire tras el impacto de un proyectil de la serie 9M38, lanzado por un sistema de misiles BUK de fabricación rusa, que entró a la zona de conflicto por carretera desde territorio de la Federación Rusa, adonde lo regresó la misma unidad móvil con remolque.

Y la segunda, el misil salió de las afueras de la localidad de Permomaisk, en un campo que el 17 de julio de 2014 se encontraba bajo control de las fuerzas separatistas pro rusas que proclamaron la República Popular de Donietsk.

Es el resultado principal del informe preliminar presentado hoy por el JIT, que dice tener al menos cien sospechosos de haber participado en los hechos, aunque no facilitó ningún nombre, alegando que la investigación penal sigue abierta.

Los miembros del JIT –formado por dos centenares de expertos y fiscales de Países Bajos, Malasia, Bélgica, Australia y Ucrania, los países más afectados en cuanto al número de víctimas y el país donde ocurrió la tragedia– llegaron a esta conclusión de forma unánime tras analizar toda la información a su alcance: miles de fragmentos del avión, medio millón de imágenes satelitales, grabaciones de radares, fotografías y videos, cerca de 250 mil conversaciones telefónicas, unos 200 testimonios, sin hablar de la infinidad de peritajes realizados.

El JIT asume que sus conclusiones no pueden ser definitivas hasta que Rusia y las autoridades separatistas del este de Ucrania aporten datos esenciales que, lamentó hoy, siguen negándose a proporcionar, ofreciendo hipótesis que sólo inculpan al gobierno de Kiev. La más reciente, decir el lunes anterior que los radares rusos no detectaron ningún lanzamiento desde la zona controlada por los separatistas el día de la tragedia, pero sin entregar el soporte documental para poder comprobarlo.

Pero con la información recabada en estos 26 meses, el JIT pudo rechazar las múltiples versiones que se empezaron a difundir apenas se conoció la tragedia: no hubo ningún atentado a bordo del avión; no existió misil aire-aire lanzado desde un aparato militar ucranio; no hubo intento de derribar el avión del presidente ruso, Vladimir Putin, que dicho sea de paso no tenía previsto sobrevolar la zona, entre muchas otras, a cual más extravagante.

Desde hace tiempo los expertos de las partes involucradas coinciden en que un misil del sistema BUK derribó el avión y es claro que la tragedia se produjo por equivocación.

Ya nadie pretende hacer creer que existió intención deliberada de destruir un avión de pasajeros. Ahora, la batalla mediática se centra en lavarse las manos, mientras ucranios y separatistas se endosan la culpa trasladando la polémica hacia desde qué lugar se disparó el misil.

Frente a los familiares de las víctimas presentes en la sala donde se presentó el informe, los miembros del JIT se comprometieron a llevar la investigación hasta sus últimas consecuencias. Para tal propósito el equipo de expertos y fiscales consiguió una extensión de su mandato hasta el primero de enero de 2018.