El Sistema de Transporte Colectivo (STC) gastó 23 millones de pesos en la compra de 39 arcos detectores de metales e igual número de equipos de inspección por rayos X, con la intención de evitar la introducción de armas a las estaciones del Metro, sin embargo, casi la mitad de los dispositivos están fuera de operación, mientras que el resto se encuentra distribuido en 18 de las 175 estaciones, aunque en muy pocos casos se pide a la gente que pase por esos puntos para someter a revisión sus mochilas o bultos.

De acuerdo con información entregada por esa institución a partir de una solicitud de información promovida por este diario, cada arco detector tuvo un costo de 508 mil pesos, mientras que los de rayos X se adquirieron en 859 mil pesos.

Según esos datos oficiales, en 2010 se compraron 30 arcos y sistemas de rayos X a la empresa Athena GS3, mientras que de otros nueve se hizo la transacción con la firma Corporativo Desci. De ese total, dos equipos se otorgaron en calidad de préstamos al Gobierno de la Ciudad de México, y por tanto se desconoce la situación en que se encuentran.

De los 37 arcos detectores que están en poder del STC, 17 están fuera de operación por averías, situación similar de los 18 equipos de rayos X. Los que sí funcionan fueron ubicados en 13 estaciones del Metro, pero un recorrido por esos lugares permitió corroborar que sólo algunos trabajan al ciento por ciento, como en Balderas o Bellas Artes.