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Exposición colectiva recupera una de las mayores expresiones culturales de Coahuila

Muestran tradición, esencia y sentimiento de los matlachines

Exhiben fotografías e indumentaria de una celebración viva que cada año reúne a más de 2 mil danzantes

Permanecerá hasta octubre en el Museo Nacional de Culturas Populares

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La exposición Matlachines de Coahuila, tradición e identidad multiculturales está integrada por más de 60 imágenes, de diferentes momentos y elementos de esta celebración, así como penachos, sonajas, trajes y huarachesFoto cortesía del MNCP
 
Periódico La Jornada
Sábado 17 de septiembre de 2016, p. 7

¿Ha asistido usted a una matlachinada? Una oportunidad para saber de qué se trata se encuentra en el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP) de Coyoacán por medio de la exposición Matlachines de Coahuila, tradición e identidad multiculturales, integrada por 60 fotografías e indumentaria que reflejan una tradición viva que reúne cada año a más de 2 mil danzantes, tan sólo el Día de la Virgen de Guadalupe.

Actualmente están registrados 199 grupos y 3 mil 714 integrantes. Ahora, la Secretaría de Cultura del estado de Coahuila de Zaragoza, a través del MNCP, presenta esta muestra para difundir una manifestación popular importante del país.

Así lo informó Amparo Rincón Pérez, jefa de Colecciones del MNCP, quien añadió que la exposición permanecerá hasta el 19 de octubre. Tiene que ver con bailes que se realizan en Coahuila y en otros estados del norte, entre ellos Nuevo León y Zacatecas, que se llaman matlachines, danzas de conquista que llegaron con los tlaxcaltecas cuando el territorio norteño fue conquistado. Llevaron parte de esa tradición y los nativos de esas tierras simplemente la complementaron y la fusionaron con sus tradiciones y costumbres.

Añadió que esta danza de matlachines llegó al sur de Coahuila durante el proceso de colonización, en particular con la fundación del pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, poblado gemelo de la Villa de Santiago del Saltillo, en 1591. De esta región se extendió al resto del estado. Con la llegada de las primeras familias tlaxcaltecas se introdujo en Coahuila.

Esta baile o festejo muestra el profundo arraigo de las tradiciones prehispánicas mesoamericanas que integraron aspectos de las danzas chichimecas. En el norte de México y Coahuila tiene un carácter guerrero con formaciones lineales, destacando con frecuencia el uso de un arco y flecha, y toma las calles profesando su fe a través de una manifestación popular en la que están incluidos todos los estratos sociales.

Agregó: “La palabra tiene dos grafías: matachín o matlachín. La primera proviene del español, que es danzante, y la segunda se connota como guerrero, más cercano al náhuatl. Es una danza muy sincrética. Está asociada a tradiciones religiosas y se baila en procesiones de la Virgen de Guadalupe, del Santo Niño de Atocha, de San Judas Tadeo y otros. Se hace una matlachinada, que es un convenio o convivio de matlachines. En Coahuila el gobierno ha promovido esta danza y encuentros de matlachines, en los cuales han participado hasta 2 mil danzantes, a lo cual se suma la gente que sin ir con su traje, baila. Llegan a congregarse hasta 15 mil personas.

Baile, color y fiesta

Es una forma no sólo de agradecer los favores al santo, sino para fortalecer a la comunidad. Es una fiesta y se acude sin convocatoria. Se rencuentra con sus orígenes y se remueve no sólo el pasado prehispánico, sino el hecho sencillo de reconocerse entre todos y cada uno. Esto evita que la tradición se diluya. Es un espectáculo de danza, color, fiesta. La vestimenta tiene que ver con el pasado prehispánico, con los guerreros aztecas, quienes iban preparados al ritual para ir a la guerra. Destaca el penacho, con las plumas de ganso, para que todos conozcan a un danzante. La vestimenta tiene reminiscencias apaches. En esta muestra tenemos una vestimenta apache. Cuelgan barbas. Se visten con camisas, pantalón y unos guaraches especiales que llevan una lámina que genera un sonido particular. Los acesorios se complementan con una sonaja, cuyo sonido es para demostrar que estamos en guerra y no tenemos miedo. Tienen un arco, que es el arma principal. El baile es con saltos monótonos y pasos parsimoniosos. Es en grupos y con apariencia militar. Participan las mujeres, pero sobre todo es una danza para hombres.

Para darse una idea más objetiva de los alcances de esta fiesta, sugirió asisitir a Coahuila en los festejos de la Virgen de Guadalupe. El matlachín porta en su vestimenta la imagen del santo a quien agradece. Aquí, en el MNCP se muestran 70 piezas, entre fotos, sonajas, penachos, trajes y huaraches. Es la primera vez que se presenta una muestra de matlachines en el MNCP, situado en Hidalgo 289, colonia Del Carmen, Coyoacán.