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Ver día anteriorSábado 10 de septiembre de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Tu futuro es urbano
N

oé construyó su Arca y todos lo tacharon de loco. Si Noé tuviera Twitter respondería: Loco aquel que construye lloviendo.

Desde 2010 más de la mitad de nosotros, 3.6 mil millones, vivimos en áreas urbanas. Un año después, la revista Time nombró al manifestante como la

Las ciudades crecen más rápido que la población mundial.

Esta urbanización acelerada ocurre en Asia, África y Latinoamérica porque la agricultura se mecaniza y las oportunidades de empleo viran hacía los sectores industriales y de servicios. También se desarrollan con menor ingreso per cápita de lo que países desarrollados al urbanizarse. En Estados Unidos, por ejemplo, no se llegó a 65 por ciento de urbanización hasta 1950, cuando el ingreso per cápita era de casi 13 mil dólares (ajustado a la inflación). En contraste, ciudades en India, Filipinas, Brasil, China, Pakistán, Tailandia, Turquía, Egipto, Nigeria, Indonesia y México, cuentan con un ingreso per cápita de entre mil a 4 mil dólares al año.

Añadamos que estos países son en promedio joven, por lo que son especialmente sensibles a movimientos sociales que cuestionan y retan lo establecido y, como resultado, sus ciudades son menos aptas para crear y mantener instituciones rígidas. La juventud urbana se manifiesta.

En general, los problemas de urbanización son similares en naturaleza, no en magnitud, a los que se vivieron en Europa en el siglo XIX, cuando sus ciudades estaban industrializándose, y por consiguiente, buscando una identidad urbana, democratizándose, siendo y haciendo ciudad.

Al no participar en la toma de decisiones para mejorar sus condiciones, los urbanos del siglo XIX sufrieron olas de migración, desempleo cíclico, inadecuada seguridad, y limitados accesos a servicios de salud y educativos. Como consecuencia, los ciudadanos organizaron huelgas de trabajo, marchas exigiendo servicios e igualdad, y en casos desesperados actos de violencia.

Lewis Carroll, autor de Alicia en el País de las Maravillas, vivió todo esto. En 1884 su ensayo Principio de una representación parlamentaria postuló una solución: el principio de transferir tu voto en algún tema a otro ciudadano, extendido de tal manera que los votos se puedan transferir en múltiples niveles.

La fluidez en este sistema de voto, aunado a las posibilidades que ofrecen el Internet y la conectividad, surge como la alternativa a democracias anticuadas.

En la democracia directa todos los ciudadanos tienen voz mediante asambleas. Pero sólo es eficiente en comunidades pequeñas y simples.

En la democracia representativa aparece el voto, pero se pierde la voz. Delegamos el derecho de voto a representantes, quienes deciden en nombre nuestro. Pero tiene desventajas: los representantes toman decisiones en contra de la voluntad colectiva, los ciudadanos se vuelven apáticos y las ideologías de partidos políticos dominan los procesos de decisión.

La democracia líquida, como se le llama, mezcla la directa (voz) y la representativa (sufragio). En ella se plantea votar directamente en temas que nos interesan y conocemos, y delegar el voto en otros temas a vecinos que consideremos más capaces, que a su vez pueden votar o delegar los votos que acumularon. Esto da origen a múltiples redes de votos conectadas por relaciones cercanas, que aprovechan la opinión, experiencia e interés de cada individuo para mejorar su pedazo de ciudad.

El diluvio humano comienza. ¿Seremos los locos que esperan sentir en sus hombros esas gotas que hoy caen muertas en desiertos y mares? ¿Está tu ciudad preparada para recibir a millones más? La tierra será origen, pero la ciudad es nuestro destino común.