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La fotógrafa mexicana expondrá por primera vez de manera individual en EU

Cannon Bernáldez retrata los efectos de una cultura violenta

Montará en el Colegio Pitzer las series Miedos, El diablo anda suelto y Hermanas, en las cuales ella es la protagonista

Parte del proceso creativo de un artista es reflexionar en torno a sus experiencias y al límite de sus capacidades, expresa en entrevista con La Jornada

Foto
Imagen de la serie Miedos. Plata sobre gelatina, 2006
 
Periódico La Jornada
Sábado 10 de septiembre de 2016, p. 2

Para su primera exposición individual en Estados Unidos la fotógrafa mexicana Cannon Bernáldez (Ciudad de México, 1974) presentará selecciones de tres series cuyo hilo conductor es la violencia, tema que trabaja de manera sutil. Este trío de obras comprende una serie de ensayos visuales que de manera poética reflexionan sobre los efectos físicos y sicológicos de una cultura violenta.

La muestra, que lleva por título el nombre de la expositora, será abierta al público el sábado 10 en las galerías de arte de Pitzer College (PC), universidad ubicada en Claremont, California, Estados Unidos. Curadas por Jesse Lerner, cineasta y profesor de estudios de medios en PC, quien ha trabajado en México, las series incluidas son Miedos, El diablo anda suelto y Hermanas.

En Miedos (2004-2008) Bernáldez muestra sus propios temores y fobias, como a morir atropellada. Estos autorretratos y puestas en escena, que combinan ficción y realidad, le permitieron ganar la 12 Bienal de Fotografía (2006) en México.

Sobre El diablo anda suelto (2007), expresa a La Jornada: Es una serie que me costó mucho trabajo, ya que es un recorrido por la nota roja. Quería abordar otro punto de vista, pero fue muy difícil, no pude lograr esa sutileza que tanto buscaba.

Experimentación y principios

La entrevistada trabaja con formatos analógicos y digitales, sin embargo, a veces hace híbridos. Es decir, “hago una toma digital y después un proceso análogo. Así logré realizar algunas tomas de la serie Hermanas (2011-2014), en la que traté de emular el retrato mortuorio del siglo XIX. Convoqué a los padres a traer a sus niñas para fotografiarlas dormidas.

“Fue un experimento que decidí hacer para ir en contra de todo lo que se me había enseñado al hacer fotodocumental. Pagaba por los niños y pedía que durmieran en la sesión, pero a veces eran fotos muy aburridas. Un día sin darme cuenta empecé a documentar lo que sucedía detrás de la cámara. Mi idea era trabajar con familias que necesitaban el dinero, entonces, había cierta tensión en la sesión, porque no comprendían mucho lo que sucedía, pero no me decían nada.

“La cámara fue un instrumento de poder y yo tenía el control. Era una forma de ejercer la violencia. (Los padres) firmaban una cesión de derechos que me permitía realizar las imágenes que quería. Era ir en contra de mis principios fotográficos. Quería saber qué pasaba, cómo me sentía y qué imágenes se podían obtener. Era cambiar el punto de mirada y transformarme, no en espectador, sino en actor.

Lo que sucede en México y el grado de violencia en que vivimos es a todos los niveles. ¿Qué sucede cuando lo asumes y te haces responsable? Para mí es parte del proceso creativo de un artista reflexionar en torno a sus experiencias y al límite de sus capacidades creativas. En este caso los retratos cambiaron y lo que más me interesó es lo que sucedía detrás del escenario. Entonces me dediqué a fotodocumentarlo.

En la serie El diablo anda suelto sucedió algo parecido. Bernáldez decidió acompañar a un fotoperiodista de la nota roja una vez a la semana durante seis meses. En ocasiones no ocurría nada y eran sesiones muy aburridas: Un día me di cuenta de que deseaba que pasara algo, pero no me percaté de que en realidad quería que la muerte apareciera. Fue algo muy fuerte desear eso. Entendí que el proyecto no sólo era lo que fotografiaba, sino cómo me sentía y lo que deseaba.

Según la página en Internet del PC, “mucho del trabajo reciente de Bernáldez refleja el clima de violencia que se ha apoderado de México, país en el que nació y trabaja. La brutalidad penetrante y cultura del miedo, amplificadas por los intentos del gobierno federal por eliminar las organizaciones criminales involucradas en el cultivo y exportación de drogas ilegales (a la vez que el secuestro, el asesinato y la extorsión), es uno de los temas perdurables de Bernáldez.

También incorporo elementos autobiográficos y reflexiono sobre la fragilidad del cuerpo humano, el papel de las recreaciones dentro de la tradición documental, así como el medio y la historia de la fotografía.

La exposición termina el 9 de diciembre.