Espectáculos
Ver día anteriorMiércoles 7 de septiembre de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Me lo quemaron, señorita; no es Juan Gabriel, dice con tristeza y llanto don Jacinto

Pocos contienen las lágrimas; un beso, una reverencia y un adiós con la mano
Foto
Con palomas, flores, globos, retratos y hojas de periódicos con la imagen de su ídolo, los dolientes despidieron a Juan GabrielFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de septiembre de 2016, p. 3

Se me fueron, señorita, se me fueron los dos. Era un chamaco de 10 años cuando se me fue Pedro y ahora Juan Grabiel. Y yo aquí sigo. Me las sé todas sus canciones de los dos

–¿Ya entró a verlo?

–Me lo quemaron, señorita. No es Juan Grabiel. Nomás espero a m’ija pa’ regresarme. 

Y en ese escalón del Metro quedó don Jacinto, esperando a su hija, con lágrimas en los ojos y un retrato arrugado del Divo de Juarez, mientras a unos pasos miles de personas formaban largas filas para entrar al Palacio de Bellas Artes. 

La espera es de horas. Pasar frente a la urna con las cenizas de Juan Gabriel toma apenas entre 15 y 25 segundos. Tiempo que sus seguidores utilizan para tomar fotografías, selfies, hacer una reverencia o persignarse. Quienes cargan alguna flor la dejan en espacios reservados para ello a los costados de la escalinata principal, custodiada por elementos de la policía federal. 

Tímidos Viva Juan Gabriel y Viva México se escucharon a lo largo del día. Un imitador del cantante fallecido el pasado 28 de agosto cantó entre lágrimas algunas estrofas y quienes caminaban por ahí respondieron con un aplauso. 

La música del mariachi en vivo alternó con las canciones grabadas y un documental que se repitió una y otra vez antes, durante o después de guardias de honor en las que participaron, entre otros, la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, María Cristina García Cepeda, la escritora Laura Esquivel, el cantante Diego Verdaguer, la actriz Aurora Clavel, además de otros cantantes y actores. 

Quienes más lloraron eran los viejecitos, que poco lograron en su intento de contener las lágrimas, mientras hombres, mujeres, niños, caminan despacito frente a la urna color caoba, adornada con una virgen y las iniciales A.A.V. (Alberto Aguilera Valadez).

Imposible permanecer en el lugar más de lo estrictamente necesario: un segundo extra y los responsables de seguridad del palacio, vestidos de negro, piden avance por favor, no se detenga.

Los dolientes cargan flores, retratos, hojas de periódicos con la imagen de su ídolo. 

Caminan con bastones, muletas, o llevan en brazos niños que se quedaron dormidos.

Mandan besos a la urna. Le dicen adiós con la mano. Buscan la foto. Los que van solos le piden por favor al policía que presione el botón que demostrará que estuvieron en este momento histórico.

El mariachi sigue cantando: Te voy a olvidar, te voy a olvidar, y aunque me cueste la vida y aunque me cueste el llanto, yo te juro que te tengo que olvidar o aquella “tú me sabes bien cuidar, tú me sabes bien guiar, todo lo haces muy bien tú…”

Dentro, en el vestíbulo, el mariachi Gama Mil, el Estudio de la Ópera de Bellas Artes, el Coro del Teatro de Bellas Artes, además de Olivia Gorra, recordaron y cantaron algunas de las mil 800 canciones que compuso Juanga.