Sociedad y Justicia
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A prevención, 20 veces menos fondos que al combate

ONG: falta en el país visión de largo plazo sobre adicciones
 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de agosto de 2016, p. 33

Los recursos económicos destinados a la prevención de adicciones son casi 20 veces menores a los asignados a acciones de seguridad y control de la oferta de drogas, señaló la Fundación Interamericana del Corazón (FIC).

El compromiso verbal de las autoridades no se traduce en acciones concretas para prevenir el consumo de sustancias en el país, principalmente entre niños y adolescentes, advirtió.

Erick Antonio Ochoa, director de políticas públicas de la FIC, señaló que al sumar los presupuestos asignados este año al Consejo Nacional contra las Adicciones, al Centro Nacional contra las Adicciones y a los Centros de Integración Juvenil, ya con el recorte ordenado por la Secretaría de Hacienda, resulta que cuentan con menos de mil 500 millones de pesos, mientras la Policía Federal y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional tienen más de 29 mil millones.

Esto, dijo el activista, da cuenta de la carencia de una visión estratégica y de largo plazo respecto del problema de adicciones en el país, porque mientras haya quien compre drogas, habrá quien las venda.

Juan Núñez, coordinador de la Alianza Nacional para el Control del Tabaco, dijo que cualquier estrategia que tenga como objetivo prevenir y apoyar a los pacientes con terapias de rehabilitación requiere de un presupuesto específico y suficiente. Las palabras y buenas intenciones no alcanzan, pero de eso están llenos los discursos de servidores públicos y políticos

La prevención es una tarea integral de largo plazo, que requiere de profesionales, técnicos y voluntarios con preparación previa, conocimientos y habilidades específicos; también demanda la dotación de materiales con información clara y puntual sobre las adicciones y los riesgos que tienen para la salud y la vida de las personas, sobre todo de los sectores más vulnerables como niños y adolescentes de todos los estratos sociales, menores infractores, y aquellos que no estudian y tampoco trabajan.