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Juego disparejo

M

uy disparejas se ven las negociaciones entre la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y la Secretaría de Gobernación (SG) en torno de la reforma educativa. Ha quedado claro que la parte gubernamental ha puesto de su parte para alcanzar acuerdos que den por concluido el conflicto, pero no así la parte de los docentes; cuando menos no se ve que suceda. El gobierno federal se desistió del despido de los maestros que no acudieron a los exámenes de evaluación y accedió a pagar a los profesores, a los que les habían descontado por no impartir clases pues andaban en las movilizaciones.

Otro acto interpretado como una concesión muy obvia es la liberación de los dirigentes de la CNTE de Oaxaca. Ninguna acción penal se ha ejercido en Guerrero contra los movilizados, pese a que han incurrido en daños a terceros, en concreto mediante el sabotaje a las vías de comunicación. Sin embargo, por la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg) no se ve ninguna acción de reciprocidad, sino más bien pareciera que son los docentes los que imponen las reglas. Así, los profesores continúan imparables con sus movilizaciones por las calles y bloqueos carreteros, no obstante las quejas de la población y los empresarios. Siguen abandonando los grupos a fin de participar en las protestas. Van más allá al amenazar con impedir el inicio del ciclo escolar.

Por otro lado, no queda claro cómo la CNTE y la SG entablarán acuerdos que den por terminado el conflicto magisterial, pues los trabajadores mantienen como demanda central derogar la reforma educativa en tanto la Federación sostiene que no habrá ninguna modificación a la enmienda y, además, no toca al gobierno de la República cambiarla, sino al Poder Legislativo. Eso presupone que los arreglos podrían consistir en otorgar a los cetegistas concesiones ajenas a cualquier cambio a la reforma. En tanto, el gobierno de Guerrero anuncia sanciones a los infractores para posteriormente anularlas porque así se acordó en la Ciudad de México, creando confusión entre los guerrerenses, sobre todo entre los padres de los alumnos.