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Infancia y Sociedad

Padeía y Humanitas

P

ara los antiguos griegos, la palabra Paideía significaba educación o formación: es decir, el proceso de crianza de niños y jóvenes, entendido como la transmisión de valores (saber ser) y de saberes técnicos (saber hacer).

En su página de autor de Faceboook, el doctor en filosofía, poeta y ensayista Josu Landa reflexiona sobre la educación y nos aclara que la palabra griega Paideía designaba el conjunto de saberes que toda persona civilizada debía poseer. Pese a la variedad de sus posibilidades semánticas –observa el filósofo–, Paideía bien puede traducirse como cultura, ya que en el origen de esta voz está la idea de cultivar la tierra y transformarla; por ello, en el campo de lo meramente humano puede entenderse como el cultivo de los grandes y pequeños poderes del alma.

La persona realmente culta –afirma Josu Landa– no es una enciclopedia de erudición, sino alguien que ha barbechado, arado y abonado su propio campo interior, de modo tal que supera las limitaciones, fealdades y peligros del baldío silvestre e inhóspito que era en un principio.

En estos días de debate y disputa sobre lo que ha de ser la educación en México, conviene escuchar a los maestros, pero también la voz de los filósofos y de los artistas, porque si la educación (del latín educere guiar/conducir o educare formar) no se propone desarrollar y enriquecer la mente, el alma y el espíritu con buenos hábitos, sensibilidad, conocimientos y valores, no se puede llamar educación; serán, si acaso, sólo procesos de instrucción y entrenamiento.

Hay que tener claro que los humanos, a diferencia de los demás animales, nacemos muy incompletos y tenemos que aprenderlo casi todo. De la matriz materna llegamos a la matriz social en donde podemos, o no, llegar a ser humanos del todo. La calidad educativa es entonces la capacidad de lograr que cada niño se desarrolle física, ética, emocional y cognitivamente con plenitud. Para ello, bajo el concepto de Paideía, los griegos agrupaban elementos de gimnasia, gramática, música, poesía, matemáticas y filosofía. Quien primero definió la Paideía como humanismo cívico integral fue el orador y educador griego Isócrates.

En Roma, el nombre de Paideía fue cambiado por el de humanitas que, según se encuentra en textos de Cicerón, significó claramente cultura, educación y pedagogía propias del hombre libre.

Humanitas llegó a definirse –cual deberíamos pensar hoy la educación– como el desarrollo de las cualidades que hacen del hombre un ser plenamente humano, que lo transforman y enriquecen con una real cultura y lo diferencian así del bárbaro y del patán.