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Saltó desde una altura de más de 7 mil 600 metros y cayó en una red de 30 m2

Luke Aikins es el primer sobreviviente de un lanzamiento sin paracaídas
Foto
Recibieron con vítores a Luke AikinsFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 1º de agosto de 2016, p. a14

Los Ángeles.

Un paracaidista con más de 18 mil saltos en su haber hizo historia al convertirse en la primera persona en sobrevivir a un lanzamiento sin paracaídas. Después de una caída libre de dos minutos, Luke Aikins, de 42 años, cayó el sábado en una red de 30 por 30 metros en la hacienda Big Sky, usada para el rodaje de películas, en las afueras de Simi Valley.

Luego de salir de la red entre vítores, Aikins abrazó a su esposa, Monica, quien observó la hazaña desde tierra junto a su hijo de cuatro años, Logan, y otros familiares.

El salto –desde una altura de 7 mil 620 metros– hizo que Aikins sea el único hombre en la historia que haya saltado de un avión sin paracaídas y que haya sobrevivido.

Casi levitando

Estoy casi levitando; es increíble, afirmó el paracaidista jubiloso, elevando las manos sobre la cabeza mientras su esposa cargaba a su hijo, que estaba adormilado en sus brazos.

¡Esto simplemente sucedió! No tengo palabras para describirlo, agregó, al tiempo que agradeció a las decenas de integrantes del equipo que pasaron dos años ayudándolo a prepararse para el salto, entre ellos a quienes armaron la red, similar a una de pesca de arrastre, y se aseguraron de que funcionara.

El ejercicio acrobático, transmitido en vivo en la red Fox para el especial televisivo Stride Gum Presents Heaven Sent, estuvo a punto de no realizarse como estaba planeado, cuando Aikins reveló justo antes de subir a su avión que el Sindicato de Actores de la Pantalla le había ordenado que usara un paracaídas por seguridad. Ni los productores del programa ni representantes del gremio estuvieron disponibles de inmediato para dar detalles sobre la restricción.

Comentó que en ese momento sopesó cancelar el salto, porque haber llevado el paracaídas a la espalda habría hecho que su llegada a la red fuera mucho más peligrosa. Si hubiera tenido que usarlo, precisó, de todas formas no se hubiera molestado en jalar el cabo de desgarre.

Voy a hacer todo el camino hasta la red, no hay duda de ello, afirmó desde el avión. Simplemente, cuando aterrice tendré que hacer frente a las consecuencias de traer puesto el paracaídas en mi espalda y lo que le va a hacer a mi cuerpo.

Unos minutos antes del salto uno de los conductores del programa señaló que el requisito había sido cancelado. Aikins se arrojó del avión sin paracaídas.

Saltó junto con otros tres individuos que sí llevaron paracaídas. Uno llevaba una cámara, otro echaba humo de forma que la gente en tierra pudiera seguir su descenso y el tercero cargaba un tanque de oxígeno, del cual se deshizo cuando llegaron a una altitud donde ya no era necesario.

Entonces los otros tres saltadores abrieron sus paracaídas y dejaron solo a Aikins, quien antes del salto reconoció que estaba nervioso. Su madre dijo que ella no lo vería hacerlo.

El padre de Aikins y su abuelo fueron paracaidistas, y su esposa ha realizado 2 mil saltos. Su familia es propietaria de Skydive Kapowsin, cerca de Tacoma, en Washington.