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Suman mil 670 en todo el país; fueron un fracaso: maestros

En las escuelas de verano, respuesta menor a la esperada por autoridades
 
Periódico La Jornada
Domingo 31 de julio de 2016, p. 5

Sin difusión entre los padres de familia, con baja convocatoria entre los estudiantes normalistas y de licenciatura –quienes por primera vez fueron incorporados a través de la figura denominada cuate guía– y participación menor a la esperada, se instrumentó la prueba piloto de las llamadas escuelas de verano, anunciadas por el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, en enero pasado como una de las innovaciones generadas a partir de la reforma educativa.

A pesar de que funcionarios de la SEP informaron que en un primer momento se pensó en abrir poco más de 300 planteles públicos para actividades de verano en la Ciudad de México, Luis Ignacio Sánchez Gómez, titular de la Administración Federal de Servicios Educativos en la capital, destacó que sólo se concretó el proyecto en 164, mientras en todo el país suman mil 670.

Consideró que las escuelas de verano, que operan del 20 de julio al 5 de agosto, están funcionando bien, hay mucha participación, pero menos de la esperada, pues reconoció que no tuvimos las mejores condiciones para realizar toda la promoción que tendríamos que haber hecho al cierre del ciclo escolar, debido, en parte, a las protestas magisteriales.

Baja inversión

Profesores y directores de educación básica señalaron que las escuelas de verano fueron un fracaso no sólo por la baja promoción que se les dio en los centros escolares, sino porque no hubo una verdadera inversión para el proyecto.

El recurso económico destinado a cada coordinador de una escuela de verano, dijeron, se redujo a 5 mil pesos, además ya no tenían a su cargo a maestros, sino a estudiantes normalistas o egresados universitarios. No hubo fondos para la compra de material didáctico. Al final, todo se tradujo en que no hubo presupuesto.

En un primer momento, explicaron, se les dijo que serían normalistas que necesitaran cubrir su servicio social, pero cuando no hubo la respuesta esperada, hasta a los alumnos de segundo año de la carrera se buscó. Incluso se lanzó una convocatoria urgente para los estudiantes de educación física, y tampoco hubo respuesta.

Al respecto, Sánchez Gómez explicó que tenemos voluntarios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de jóvenes normalistas. La idea era que a cambio de la prestación de su servicio social, pudieran ir a las escuelas de verano.

Señaló que los cuates guía no tenían que cubrir un perfil específico, sino ser jóvenes que requirieran cubrir su servicio social. Les dimos capacitación intensa las últimas semanas, para que supieran a qué iban, pero creo que es un área que todavía debemos seguir mejorando.

De acuerdo con la propuesta pedagógica y operativa 2016 de las escuelas de verano, su propósito es ofrecer a alumnos, desde prescolar hasta secundaria, un espacio para el aprendizaje lúdico, la recreación, la socialización y la convivencia sana.

También se incluye el fortalecer las competencias docentes de los monitores o cuates guía, y permitir que cada escuela y entidad defina los proyectos que trabajen, en cinco ejes: lectura y escritura, pensamiento matemático, arte y cultura, así como juego, activación física y vida saludable.