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El Museo de Arte Moderno de esa ciudad inaugura De sangre y de plomo, exposición del autor mexicano

Lleva Sergio Hernández su obra a Bogotá

Destaca el Códice Hernandino-Mixteco

Foto
Sin título, 2015, grabado de la serie Códice Hernandino-Mixteco, de Sergio Hernández, que se exhibe en la capital colombianaFoto cortesía del artista
 
Periódico La Jornada
Viernes 1º de julio de 2016, p. 5

Más de 40 obras de gran formato, creadas con técnicas innovadoras, representativas de la producción más reciente de Sergio Hernández (Santa María Xochistlapilco, Oaxaca, 1957), articulan la exposición De sangre y de plomo, que ayer fue inaugurada en el Museo de Arte Moderno de Bogotá (Mambo).

Es la muestra más relevante del pintor mexicano en Sudamérica y se presenta de manera simultánea con otra gran exhibición suya en Roma (A ferro & fuoco), abierta al público el pasado 8 de junio en el Palazzo delle Exposizioni.

En De sangre..., con curaduría de Giorgio Antei, destacan los Plomos (grandes láminas metálicas trabajadas con procedimientos alquímicos), los Ardientes (pinturas al óleo sobre base de arena, coloreadas con cinabrio y otros pigmentos antiguos) y el Códice Hernandino-Mixteco, versión grabada e iluminada a mano de una serie pictórica basada en la tradición de la región Mixteca. Completan la muestra ejemplos significativos del quehacer de Hernández en papel.

Magia, misticismo y realidad

Con motivo de la exhibición en la capital italiana serán presentados dos libros de artista, curados por Giorgio Antei y publicados por el reconocido editor italiano Franco Maria Ricci: Hernández: tres pasiones y Códice Hernandino-Mixteco.

En septiembre próximo, la exposición en Roma será montada en el Laberinto de la Masone, el museo que Ricci construyó en Fontanellato, Parma, por sugerencia de su amigo Jorge Luis Borges.

El Códice Hernandino-Mixteco comprende el texto de Miguel León-Portilla, El códice de Yanhuitlán y el de Sergio Hernández (que aquí reproducimos), en el cual el filósofo e historiador habla del doble rescate del manuscrito indígena. Por un lado, fue reintegrado e interpretado por conocedores de la historia antigua de Oaxaca, pero también por un descendiente de aquellos mixtecos que lo elaboraron. Un mixteco de nuestro tiempo, maestro de la antigua tinta negra, Sergio Hernández.

Según la página del Mambo en Internet, de manera natural es como Hernández describe su acercamiento al arte, desde niño, cuando no veía las tareas de la escuela como una responsabilidad, sino como una manera de encontrarse con el dibujo.

Cada una de las líneas dibujadas denotan una amplísima cosmovisión de los lugares donde creció. Cada uno de los dibujos son el resultado de la absorción de culturas e imágenes.

Al Mambo lleva sus dibujos coloridos, llenos de magia, tan místicos y a la vez tan reales que, poco a poco, dejan entrever aquel espejo al que se ve enfrentado a su pasado.