Poco más de 40 por ciento de las mujeres que viven en las zonas rurales de la Ciudad de México pudieron estudiar hasta la secundaria; 34.1 sólo fue a la primaria; 17.5 cursó preparatoria o vocacional; 3.7 tiene licenciatura; 1.2 apenas sabe leer y escribir, y 2.8 por ciento son analfabetas.

El mayor número de casos de deserción se detectó en secundaria y en sexto año de primaria.

Estos son algunos de los resultados arrojados por la encuesta Participación de las mujeres en el sector rural de la Ciudad de México, que aplicó en zonas vulnerables la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec) capitalina.

Poco más de la mitad (50.7 por ciento) de las 434 mujeres entrevistadas están casadas; 30 vive en unión libre; 11.3 es soltera; 3 está separada de su pareja, y 0.7 por ciento se divorció.

La titular de la Sederec, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, enfatizó que las mujeres indígenas no puedan estudiar una carrera también es una forma de exclusión y de violencia contra ellas.

Es necesario erradicar la violencia que hay hacia este sector de la población en la escuela, el trabajo, la vía pública y el hogar, aseveró durante la Caminata contra la violencia hacia las mujeres y niñas de la zona rural: ellos por ellas (campaña que impulsa la Organización de las Naciones Unidas en México), celebrada en el bosque de Nativitas, en la delegación Xochimilco.

Doble discriminación

Adriana Contreras, directora de Desarrollo Rural de la Sederec, acotó que las mujeres de la zona rural sufren doble discriminación y violencia en comparación con las que viven en la parte urbana de la Ciudad de México.

Por lo que Rodríguez Velázquez resaltó que es desde la casa donde se debe enseñar y aprender que éste no es el camino correcto, y que se deben establecer condiciones de igualdad.

El alto a la violencia hacia las mujeres no puede ser posible si éstas no conocen sus derechos, en las leyes, que tanto mujeres como hombres son iguales, apuntó.

La funcionaria recordó que casi 90 por ciento de las mujeres del campo lleva a cabo dobles o triples jornadas de trabajo.

De acuerdo con los resultados, 362 de las 434 mujeres entrevistadas respondieron que realizan actividades que van de la agricultura y el hogar hasta la comercialización de sus productos.

Las mujeres de zonas rurales además de limpiar la casa, guisar y atender a sus hijos y a adultos mayores, deben cuidar la huerta, dar de comer a los animales y acarrear agua y leña. Pese a ello, sólo 80.6 por ciento recibe un pago por los trabajos agrícolas que hace.