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Ciudad Perdida

Mancera y la IP

Llamado a Peña

La vara del 3 de 3

P

arece que nadie en el gobierno de esta ciudad es capaz de decir al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, que del sector empresarial no sacará ningún voto y que lo único que podrá obtener es la traición.

Decimos esto porque Mancera se lanzó a pedir que la Presidencia de la República no vetara la llamada ley 3 de 3, y que en tal caso sólo se modificaran dos artículos para sacar de las obligaciones que impone esa norma a los empresarios, quienes, aseguró, son vigilados por el Servicio de Administración Tributaria y con eso, para el jefe de Gobierno, basta.

Sí, debe haber modificaciones: quienes deben cumplir con todos los requisitos que impone esa ley son nada más los dueños de las empresas, que deberán transparentar cada uno de sus pasos cuando de hacer contratos con el gobierno se trate. La vara con la que piensan medir debe ser su propia medida.

Parece que al jefe de Gobierno se le olvida que las empresas, las más grandes, las que se encargan de las obras multimillonarias del gobierno, obsequian casas, otorgan diezmos, contratan cabilderos que prometen el oro y el moro a los servidores públicos, y que, como ya hemos señalado, incluso tienen en sus presupuestos una partida especial para la corrupción, y el SAT, en esos casos, muchas veces documentados, no ha logrado nada.

Pero eso es lo de menos. Se quejan los empresarios de que sería casi imposible que cada uno de los empleados de sus negocios presentara las declaraciones que se piden, y en eso estamos de acuerdo, entonces, a quienes hay que quitar es a los empleados, pero que los dueños presenten y cumplan con la ley 3 de 3.

De esto ya habíamos hablado en este espacio por ahí de finales de mayo pasado. Pedíamos entonces que la ley fuera pareja, porque es de justicia. Sin pretender que alguien hubiera hecho caso de lo que decíamos en aquella entrega, pero seguros de que la idea de hacer pareja la ley ya estaba en el ambiente, tendríamos que decir que, como es natural, en manos del PRI y sus adláteres la idea se pervirtió y ha tratado de alcanzar a los empleados, que no son los que tienen el dinero para corromper, porque de lo que se trata es de condenar al corrupto, pero también al corruptor, o ¿qué, a esos hay que cubrirlos con el enorme manto de la impunidad?

Es más, si a lo que temen los grandes empresarios es a los trámites de sus empleados, que eso sí se quite, porque hasta ahora no hemos sabido que digan que tienen algún temor de hacer transparentes sus cuentas. Entonces habrá que decirle al jefe de Gobierno que por más que le aconsejen que apoye a ese sector de la población, debe tener el cuidado necesario y la información completa, para no caer en las trampas que construyen los empresarios, que luego, cuando los funcionarios ya no les sirven, los olvidan, o más, los acusan de corruptos.

Así ha sido siempre. Quien le aconseje que hay que quedar bien con los empresarios, que le cuente muy bien que al final ese es un sector de la derecha con el que sólo se acuerda y es fiel a sus ganancias, a nadie más.

De pasadita

La Asamblea Legislativa de esta ciudad, que pidió al gobierno de la delegación Miguel Hidalgo que separe de su cargo a Arne aus den Ruthen, también exhortó a la Contraloría General del gobierno de la ciudad que investigue a Xóchitl Gálvez para saber qué tanto omitió, con todos los datos en la mano, hacer justicia sobre una edificación, propiedad de su city manager, que resulta ilegal.

¿Cómo es posible que ese hombre siga en su cargo tratando de ejercer la ley, si de entrada la viola? La respuesta está ahí mismo en la delegación, en la silla de la delegada, que no tenía credencial para votar con su dirección en esta ciudad y se le permitió ir a la elección. Así se las gastan los panistas, qué le vamos a hacer.