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Ely Guerra presentará su concierto de piano y voz el próximo primero de julio en el Lunario

Compartir lo es todo: ser libre y honesto; es mostrar nuestra verdad

Con El origen no sólo recuerdo, sino que vuelvo a la raíz; lo mejor está por venir, así como batallas que confrontar, afirma

Incorporará tres temas inéditos de su autoría a este repertorio de boleros

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No todos los procesos de creación son momentos agradables, de hecho, pueden confrontarte, señala Ely GuerraFoto Paula Balbi
 
Periódico La Jornada
Lunes 20 de junio de 2016, p. a12

No todos los procesos de creación son momentos agradables. De hecho, pueden confrontarte; así que uno de los antídotos más poderosos para esa pugna interna son las canciones, pero más aún, poder compartirlas.

Esto dice la cantautora Ely Guerra, quien considera al verbo compartir uno de sus favoritos.

“Compartir lo es todo. Es ser libre y honesto. Vivir el momento y ser coherente. No voy a un escenario a contar una historia con la que no he sido congruente. Eso es hacer historias a medias. A veces me pregunto por qué dije una u otra cosa arriba del proscenio. Y luego me respondo: ‘lo comenté porque estaba viviendo ese momento’. Esa es la única manera de compartir la dicha de la música”, afirma esta nigromante del sonido, que se da el lujo de ser persona antes que artista.

Es deleitable compartir la realidad, lo que uno vive a través de la música, insiste Ely, la guerrera.

Compartir es lo que nos gusta hacer (como músicos), pero también es mostrar nuestra verdad, que somos ordinarios, que lo de artista queda lejos.

El pretexto de la charla entre Ely Guerra y La Jornada es su concierto de piano y voz El origen, que se realizará el próximo primero de julio en el Lunario del Auditorio Nacional, tercero que ofrece en ese foro, que ha sido amoroso con ella.

Dos artistas, uno usando las teclas y cuerdas del piano y otra desgarrando con su voz y guitarra, susurrarán en los oídos y corazones, porque no hay nada más sonoro que la exposición desnuda de dos instrumentos.

Nicolás Santella y Ely Guerra son ejecutantes que metafísicamente hacen al escucha viajar varias veces a distintos sitios, y hacerlos regresar al origen.

Aseguran que si el querido público “cree que la selección de temas cambiará para esta tercera edición de El origen en el Lunario, se equivoca. Pero si es de los que cree que la música viva se entrega única cada vez que se interpreta, es de los nuestros”.

Ely afirma que Nico hace cosas bellas en el escenario que no van ocurrir de la misma manera en cada concierto. Esa calidad que estamos alcanzando nos permite hacer un concierto diferente cada vez.

–¿Se voltea o se vuelve al origen? –Se pregunta a la artista.

–Con este espectáculo miro atrás y puedo revivir momentos. Cuando canto esas piezas no sólo recuerdo, sino que vuelvo al origen. Empiezo desde cero, porque sé que estoy haciendo una música tan alejada a la que siempre hice. Estoy partiendo de un nuevo inicio. Y sé que esos 20 años de carrera –ocho discos y decenas de colaboraciones– fueron el cimiento. Lo mejor está por venir, así como también vienen batallas que confrontar.

Lo que Ely hace con El origen es mirar atrás y revivir la música que escribió cuando tenía 15 años... Ahora escribo otras cosas que me confrontan, considera.

Será un concierto en el que boleros clásicos y piezas populares de profundidad sencilla y poderosa, así como de lenguaje bucólico, reviven de forma majestuosa por medio de su interpretación de rompe y rasga, con las tripas por delante.

Vereda tropical, Solamente una vez, Peligro, Espinita, Lágrimas de agua salada... conforman ese espectáculo de recreo que la emociona.

Es también un lapsus de obsequio para sus seguidores, pero también para ella, que religiosamente se encierra a trabajar en su estudio para crear como ermitaña.

El silencio es educativo

Como anacoreta, el silencio para ella lo es todo: no escucho música, no veo televisión, vivo como ermitaña. Estoy todos los días sola, lo que me ha permitido gozar de manera especial del silencio... el de afuera, no el de adentro, que forma parte de mi diálogo interior. Es importante el silencio, porque es educativo.

De esa forma, Ely se encuentra a sí misma: Soy intensa pero requiero mi ermitañez, y esto es difícil a veces para los que me rodean. En cierto momento uno cree que estar solo está mal, pero cuando en mi terapia discuto esa cuestión termino por saber que eso es la comunicación que tengo conmigo.

Agrega: Tengo un diálogo interior para bien, pero acepto que hay otro para mal, que es el que hace que no me guste nada. De hecho, es en el que trabajo más porque estoy segura de que es destructivo; que me lleva hacia abajo. Pero por otro lado, ha sido constructivo entender que tengo la suerte de que mi diálogo positivo lo manifiesto con la música.

Y esos racimos sonoros de todos los colores y olores que provienen, digámoslo mejor, de su monólogo interno, son los regalos que honesta ofrece esta artista a sus seguidores.

Son un amor y a los conciertos llegan algunos desde el interior del país, por eso, les regalará “tres canciones del tiempo de cuando hice el disco Sweet & Sour, Hot y Spicy (2004). Entregué 30 canciones y sólo hay 10 seleccionadas. Quiero compartir piezas de esa selección que al final son inéditas. Vendrá gente de Puebla, Querétaro, Chiapas... de Estados Unidos y los queremos recibir con entrega y cariño.”

Habrá música nueva en el escenario, aunque vieja en la guitarra de Ely, quien promete remontar el tiempo para regalar esas rolas que poca gente conoce y por primera vez serán interpretadas en vivo.

Atrévete a imaginar un poco más, quizá te lleves una sorpresa a casa, afirma quien ha actuado en escenarios grandes y pequeños; para miles o unos cuantos. En distintas latitudes, en las que con humildad entrega su belleza.

Ely Guerra en el Lunario del Auditorio el primero de julio a las 21 horas. Boletos al 5325-9000 y en taquillas del foro.