Opinión
Ver día anteriorSábado 18 de junio de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

Industria en el hoyo

Producción a la baja

Corrupción a galope

A

quel viejo sueño de industrializar a México para potenciar su desarrollo devino en pesadilla maquiladora, y el país cada día produce menos e importa más, ante la ostentosa carencia de una política de Estado que dé un giro de 180 grados a esta terrible situación. Y lo poco que queda del sector nacional, mes tras mes reporta un desempeño preocupante.

De acuerdo con el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, “aunado a los decepcionantes resultados en materia de producción industrial exhibidos por nuestro principal socio comercial en meses recientes (Estados Unidos, que es más patrón que socio), los niveles de productividad de las actividades secundarias –las industriales– en México, en particular de las manufacturas, no han sido favorables”.

Durante el pasado mes de abril la actividad industrial nacional registró un incremento anualizado de apenas 1.9 por ciento medido con cifras originales. La minería nuevamente se ubicó en terreno negativo (3.6 por ciento), con lo que acumula 23 meses consecutivos mostrando variaciones anuales adversas; en contraste, la generación de energía eléctrica y suministro de agua mostró el aumento más significativo (5.1 por ciento), seguida por la construcción (3.6) y las manufacturas (3).

A pesar de lo anterior, detalla el citado centro de investigación, al realizar una comparación del desempeño acumulado durante los primeros cuatro meses del presente año, resulta evidente que continúa la desaceleración en la actividad industrial. En 2016 la tasa de crecimiento fue de sólo 0.8 por ciento, cifra que contrasta con 1.7 por ciento obtenido en 2015 y 2 por ciento alcanzado en 2014. De hecho, la tasa de crecimiento de cada uno de los sectores que comprenden a la industria mexicana ha presentado un comportamiento similar al antes descrito, donde sus variaciones anuales han sido de menor magnitud en periodos recientes, con excepción de la minería, cuyos resultados acumulados se ubican en terreno negativo (-3.3 por ciento).

La producción industrial en Estados Unidos reportó resultados desfavorables en mayo pasado, al retroceder 0.4 por ciento respecto del mes anterior, siendo las manufacturas una de las actividades más afectadas con una caída mensual también de 0.4 por ciento. Así, en términos anuales, la producción industrial estadunidense reportó un desempeño negativo de 1.4 por ciento para el quinto mes de 2016. Este escenario repercutirá negativamente en el ritmo de crecimiento de las manufacturas mexicanas (industria que importa para poder exportar) para los próximos meses, teniendo un impacto significativo en los resultados de la actividad industrial nacional debido a que las manufacturas aportan 57 por ciento del total.

Además de la situación internacional adversa, la productividad de las actividades secundarias continúa disminuyendo por los malos resultados de las manufacturas. Uno de los subsectores que compensó a la baja el desempeño general de las manufacturas fue el equipo de transporte, cuya contribución en el total de la industria manufacturera es cercano a 15 por ciento (el segundo lugar después del subsector de alimentos, con 22 por ciento), luego de que decreciera 2.7 por ciento, afectado en cierta medida por la caída en las exportaciones automotrices observadas en la balanza comercial recientemente. Adicionalmente, dicha situación podría repetirse los próximos meses, ya que el ciclo del equipo de transporte muestra una trayectoria negativa y se ubica por debajo de la tendencia de largo plazo.

En términos generales, explica el centro de investigación, el Índice Global de Productividad de la Economía mexicana aumentó 1.6 por ciento durante el primer trimestre de 2016 comparado con el mismo periodo del año anterior, medido con cifras originales, impulsado por el incremento de 4.8 por ciento de las actividades primarias y 3.1 de las actividades terciarias, a diferencia de las actividades secundarias, que exhibieron un retroceso de 2.7.

El CIEN detalla que el Índice de la Productividad Laboral (IPL) se calcula al dividir el índice del valor de la producción a precios constantes de un periodo determinado entre el índice de horas trabajadas durante el mismo lapso. Prácticamente desde el segundo trimestre de 2014 dicho indicador de las actividades secundarias ha presentado una tendencia a la baja que ha mermado los resultados.

Sin embargo, no todos sus componentes muestran un desempeño desfavorable. Tal es el caso de la construcción, cuyo IPL exhibió un incremento anual de 1.7 por ciento. De esta forma, son las manufacturas las que han influido en mayor medida en el comportamiento negativo del sector secundario. Aun cuando el índice de las horas trabajadas se incrementó 2.5 por ciento en términos anuales, el índice del valor de la producción mostró un incremento de sólo 0.7 por ciento, de ahí que el citado indicador de las manufacturas exhibiera una caída de 1.7 por ciento.

En fechas recientes, señala el CIEN, el principal impulsor de la economía ha sido el sector terciario, y dado el panorama adverso que afronta el secundario es de esperar que dicho escenario se mantenga durante los próximos meses. No obstante, para alcanzar tasas de crecimiento superiores es necesario que la industria retome impulso a través del fortalecimiento de las cadenas de producción nacionales mediante inversiones que permitan incrementar los niveles de productividad.

Las rebanadas del pastel

La corrupción, advierte el Banco Mundial, es un síntoma de la debilidad de los gobiernos, y el mexicano, que se devalúa a pasos agigantados, la mantiene altísima e in crescendo, siempre, desde luego, en detrimento de la ciudadanía. Muestra de ello, de acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción que elabora Transparencia Internacional, es que nuestro país cayó del escalón número 32 en 1995 al 95 en 2015 entre las naciones más corruptas del mundo, a la par de Mali y Filipinas (a mayor cercanía al número uno, menor corrupción)… Y ya entrados en cifras, de acuerdo con el Inegi (Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental) entre los más corruptos del país (que no los únicos, desde luego) aparecen las empresas privadas disfrazadas de partidos políticos (85 por ciento de los ciudadanos, así los cataloga), es decir, aquellos que por medio de sus respectivas representaciones en el Legislativo son los que aprueban o no las leyes para combatir… la corrupción.

Twitter: @cafevega