Dos facetas contrastantes del dramaturgo universal convergen en Shakespeare frente a frente: un drama histórico con tintes trágicos en Ricardo III, terrible y violento, uno de los grandes villanos, se confronta a una comedia negra con un conflicto moral irresistible en Medida por medida, montajes que compartirán el escenario del teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque.

Es la posibilidad de ver dos obras muy diferentes entre sí, afirmó Mauricio García Lozano, director y adaptador de las dos obras que alternarán funciones a partir del 23 de junio. Un viaje doble, una obra que nos sacude por violenta y la otra por delirante. La intención es sacudirse de cerca y sin prejuicios.

Entender al autor inglés como un contemporáneo, alguien que nos habla hoy y aquí en nuestro entorno. No verlo solemne, como pieza de museo, sino como un hombre del teatro, genio, loco, pero que le habla al ser humano, es parte de la convicción personal del contraste dramatúrgico que se une a la conmemoración de Shakespeare por su cuarto centenario luctuoso.

Y cuatro siglos después de aquellas funciones de días isabelinos, algo comunican las dos obras y tiene que ver con un tema político: ocurren en sociedades en las que no pueden ver a sus gobernantes dignos de virtud, reflexionó García Lozano en conferencia de prensa.

Revelar, más que transgredir

En ambos libretos los protagonistas no son personajes particularmente ejemplares. O lo son, pero “por sus torcideces y sus corrupciones. También representa por tanto a sociedades que tienen dos opciones: una es rebelarse ante el mal gobierno; la otra es alinearse y no hacer nada. Sin embargo, la presencia del gobernante inepto está ahí”.

Viena, se lee en el letrero posado encima del piano y rodeado de luces neón. Un antrillo, un burdel, o un salón de baile, es el lugar donde ocurre Medida por medida, montaje que tendrá su estreno mundial el 23 de junio.

El 23 de junio, en el teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, comenzarán las funciones de un drama (Ricardo III) y una comedia (Medida por medida) de William Shakespeare (1564-1616), montajes que se inscriben en la conmemoración del célebre dramaturgo inglés en su cuarto centenario luctuoso. Arriba, una escena de la segunda obra que se mencionaFoto Cristina Rodríguez

Una coreografía amorosa antecede el nudo de la historia: un gobernante impopular, ya nadie lo entrevista, decide dejar el poder en encargo a Ángelo para imponer una ley que prohíbe el intercambio carnal, so pena de perder la cabeza. Una monja, objeto del deseo, marcará la contradicción del conservadurismo y la moral de alto rigor.

A la siguiente semana, una Inglaterra histórica es la que encontrará el público con una de las obras más conocidas y montadas de Shakespeare. La violencia, la sangre, la ambición desmedida de Ricardo III, feo como un escupitajo, luchará sin escrúpulos con tal de obtener el poder.

Esa Viena ficticia, esa Inglaterra histórica, se parecen dolorosamente a nuestro país, dijo el director de escena, pues al final es un espejo de lo que le pasa a los personajes y países.

No es una obra para puristas, sino para recuperar el teatro de Shakespeare, alegó al ser cuestionado sobre estas versiones; más que transgredir, se busca revelar. Un espíritu de traducir el imaginario popular de la época, así como lo hacía el dramaturgo inglés con su compañía de actores siglos atrás, es lo que ánima esas puestas, donde el espectador está muy cerca, frente a las emociones de los actores, más que a escenarios hermosamente plásticos. Sentir el palpitar que Shakespeare produce.

La única manera de entender al gran dramaturgo es experimentando y como público viendo sus obras. Así invitó García Lozano a este frente a frente de comedia y drama.

Las funciones de jueves a domingo serán del 23 de junio al 25 de septiembre en el teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma y Campo Marte). Medida por medida iniciará las representaciones, que cambiarán semanalmente.