Opinión
Ver día anteriorViernes 17 de junio de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Oro privatizado

Cortés reclama

Peso en picada

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os gobiernos gerenciales latinoamericanos –con el mexicano a la cabeza– no cesan en su empeño de entregar absolutamente todo a manos privadas y hacer de sus países meros paraísos al servicio del gran capital. Muy poco queda ya por adjudicar, y el gastado discurso oficial (“privatizar es impulsar el desarrollo y repartir equilibradamente la riqueza) se topa con una realidad lacerante: América Latina está desbordada de pobreza y, a la vez, una minoría es insultantemente cada vez más rica.

En su más reciente informe sobre la región, la Cepal da a conocer que uno de los saqueos más notorios (obviamente el organismo no utiliza tal calificativo) se registra en la minería, renglón en el que dichos gobiernos prácticamente han entregado todo a los barones autóctonos y las trasnacionales, sin que el país reporte mayor beneficio. Y menciona un caso concreto: sólo en 2014 de México se extrajeron alrededor de 118 toneladas de oro y la mayor parte quedó en manos de unos pocos consorcios canadienses. Lo mismo sucedió en 2013 (cifras del Inegi): 120 toneladas de ese metal.

Las cifras anteriores permiten hacer un comparativo histórico verdaderamente espeluznante: tan sólo en ese par de años, el volumen de oro extraído por los consorcios privados concesionados por el gobierno mexicano resultó 30 por ciento mayor al obtenido por los españoles en tres siglos de Colonia (238 toneladas y 182, respectivamente). Y si se consideran los sexenios de Fox y Calderón, más los dos primeros años de Peña Nieto, entonces tal volumen acumulado en el periodo (618 toneladas de dicho metal) triplica al de los 300 años citados.

¿Dónde quedó el impulso al desarrollo y el reparto equilibrado de la riqueza? Y el esquema saqueador se repite a lo largo y ancho de América Latina, donde las trasnacionales y sus gobiernos gerenciales hacen negocios de ensueño. Todo, según ellos, por el bien del país. Así es: oro mexicano, extraído del subsuelo mexicano por trabajadores mexicanos que beneficia… a Canadá, fundamentalmente, y a los barones mexicanos. Sin duda, Hernán Cortés estaría verde del coraje.

La Cepal detalla que “el valor total de activos de las principales empresas mineras supera 100 mil millones de dólares por entidad, y las empresas líderes tienen una clara presencia trasnacional. Por ejemplo, los activos de las tres principales trasnacionales mineras (Glencore PLC, de Suiza; BHP Billiton, de Australia, y la británica Río Tinto) suman cerca de 400 mil millones de dólares (algo así como 40 por ciento del producto interno bruto mexicano, o si se prefiere el PIB íntegro de países como Colombia o Venezuela) y sus principales negocios están fuera de sus fronteras. El consorcio suizo opera en 50 países, la australiana en 10 y la británica en 40.

En este sentido, el organismo especializado de la ONU señala que en 2014 los países de América Latina y el Caribe exportaron 7.8 por ciento del valor total de oro no monetario comercializado en el mundo. Los países con mayor participación fueron Perú (séptimo exportador mundial en ese año, con 2 por ciento del mercado) y México (1.7 por ciento), mientras que con menores participaciones se ubicaron Brasil (0.8 por ciento), Argentina, República Dominicana y Colombia (los tres con participaciones en torno a 0.6 por ciento).

En definitiva, señala la Cepal, el nuevo escenario productivo y de comercio internacional muestra una situación en la que América Latina ha mantenido una posición sólida, con marcados incrementos de la producción y las exportaciones mineras, pero sin mayor efecto positivo para las naciones propietarias de esa riqueza. Eso sí, la contaminación se la cargan a esos países.

De acuerdo con sus estimaciones, a estas alturas la participación de las empresas mineras del Estado en la producción mundial de minerales metálicos apenas representó 10 por ciento (el dato es de 2008), sin considerar China, mientras que en 1984 dicha participación representó 42.3 por ciento del total. Al incluir China, donde operan fundamentalmente empresas estatales, el porcentaje reciente aumenta a 23.8 por ciento (la proporción corresponde a 2011), pero igualmente es menor que en décadas previas.

Pese a que en la década de 2000 algunos países mineros, como Bolivia, nacionalizaron empresas, y en otros, como Sudáfrica, se abrió un debate acerca de la nacionalización (que finalmente se rechazó), en la actualidad la minería metálica está dominada por grandes empresas privadas, especialmente trasnacionales. En México, 100 por ciento de la actividad minera está en unas cuantas manos privadas (Larrea, Bailleres, Slim y un grupúsculo de consorcios trasnacionales, en especial de matriz canadiense).

Una de las características tradicionales de la minería, apunta la Cepal, es la desigual concentración geográfica entre productores y consumidores: mientras que la mayor parte de la producción se origina en países en desarrollo, generalmente exportadores netos, los mayores consumidores son países desarrollados que dependen de las importaciones. El crecimiento de China e India y el desarrollo de la República de Corea trajeron nuevos actores a este esquema, pero, dado que la minería requiere explotar recursos naturales asociados a un territorio, el patrón de desigualdad se mantiene. En este contexto, las grandes empresas trasnacionales han jugado un papel clave en el desarrollo del negocio, invirtiendo en las zonas con recursos naturales y abasteciendo la demanda a través del mercado internacional.

El predominio de las grandes trasnacionales en el sector, concluye la Cepal, puede explicarse por una serie de factores, entre los que se destacan las grandes inversiones con horizontes temporales extensos, estimándose que para identificar y analizar la viabilidad de un nuevo proyecto minero se necesitan, en promedio, 10 años y seis más para que los inversionistas puedan esperar retornos del proyecto. A ello se suma que se trata de un negocio de elevado riesgo. La etapa de exploración es clave para el desarrollo del sector minero. En minería, las reservas se refieren a una porción identificada de los recursos minerales de un territorio que son factibles de explotación bajo ciertas condiciones legales, económicas y técnicas, con lo cual son recursos sobre los que se conoce en qué condiciones son económicamente viables.

Las rebanadas del pastel

Para animar el ambiente, el dólar se mantiene al alza (ayer se vendió entre 19.22 y 19.32 pesos en ventanilla bancaria) y el precio del petróleo retoma su tendencia a la baja.

Twitter: @cafevega