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La ceremonia fue en el museo de San Carlos, donde se exhibe su muestra Alfabeto secreto

La pintora y grabadora Nunik Sauret ingresa a la Academia de Artes

El aprendizaje de la gráfica es de metabolismo lento, mientras la vida productiva de un ser humano es de metabolismo vertiginoso, expresó ayer en su discurso

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Los pintores Luis López Loza (izquierda) y Arnaldo Coen dieron la bienvenida a Nunik SauretFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de junio de 2016, p. 3

Si alguna certeza tiene la pintora y grabadora Nunik Sauret (Ciudad de México, 1951) luego de toda una vida de abordar la gráfica a nivel conceptual y técnico, es que la concepción de la obra y la técnica tienen la misma importancia.

Así precisó ayer la artista en su discurso de ingreso a la Academia de Artes, en ceremonia efectuada en el Museo Nacional de San Carlos, donde, asimismo, fue inaugurada su exposición Alfabeto secreto, que permanecerá abierta al público durante un mes.

Hasta hoy, en mi vida profesional, siento que estoy en el momento de continuar aplicando y usando todas las técnicas de las que me he nutrido. Sin embargo, me queda claro que el aprendizaje de la gráfica es de un metabolismo lento, mientras la vida productiva de un ser humano es de metabolismo vertiginoso, sustentó.

Reinventar, aprender y enseñar

A manera de conclusión, la creadora afirmó que lo fundamental para ella en la vida es reinventar, aprender y enseñar, aun con la conciencia de que ya no estará aquí para atestiguar de manera presente el cambio que está gestando.

Ante un auditorio compuesto por familiares, amigos, colaboradores y alumnos, Nunik Sauret contó que desde muy pequeña se sintió atraída por el arte y que siempre intuyó que ese sería su camino.

A los 16 años, rememoró, ingresó a La Esmeralda para estudiar pintura, y descubrió, además, la gráfica y, con ello, su vocación. Allí aprendió, también, que parte fundamental de cualquier carrera es estar dispuesto a superar obstáculos.

Recordó que en 1968, con toda su efervescencia política, generó entre otras cosas el surgimiento de lugares dedicados a realizar la propaganda y difusión de las ideas de los estudiantes. En ese entonces, aún dentro de La Esmeralda, contó que se integró al movimiento estudiantil, al que apoyó con la impresión de panfletos que se distribuían en las calles y diferentes instituciones.

En esos años conoció en una exposición en Bellas Artes el trabajo del grabador argentino Mauricio Lasansky, que denunciaba la represión nazi mediante sus dibujos y grabados. Tuvo de él gran influencia y años más tarde pudo conocerlo en el Taller del Molino de Santo Domingo, donde se convirtió en su maestro.

Además de aprender de él el camino de vida que aplicaba en su trabajo, fue el primero al que escuchó la preocupación por los materiales tóxicos que se emplean en la ejecución de la gráfica, tema que se ha vuelto motivo de sus investigaciones.

Durante los siguientes años alternó la pintura con la gráfica, y en esta dinámica decidió que la primera era importante para ella pero el grabado, su pasión.

En su búsqueda, señaló, asistió más adelante a cursos de técnicas de estampación japonesa y alternativas, en el que se rencontró con la madera, y se percató de la gran diferencia en el manejo y usos de materiales en Oriente y Occidente.

Allí descubrió un nuevo mundo y se embarcó en la aventura gráfica de fusionar las dos corrientes aprendidas: Fue como atravesar en carabela por primera vez el mar que divide a ambas culturas.

En adelante, refirió, tomó cursos con maestros japoneses, hasta que aprendió una técnica asiática que fusiona la xilografía japonesa y la litografía occidental.

A partir de la exploración de todas las técnicas que ha aprendido a lo largo de su carrera, Nunik Sauret señaló que ahora tiene innumerables posibilidades prácticas y estéticas para la gráfica, de tal manera que el resultado es una afortunada hibridación que mezcla las técnicas ancestrales con las contemporáneas.

Correspondió al también grabador Luis López Loza dar la bienvenida a la Academia de las Artes a Nunik Sauret. En su discurso destacó que en la obra de esta artista existe el misterio de formas que vienen a pasearse en nuestras formas con un aporte a lo desconocido.