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El grupo de rock en tzotzil se presentará el sábado en un festival de Francia

Los conciertos de Sak Tzevul, compendio de lenguas indígenas

Interpretaremos sones acústicos sobre la resistencia y diferentes aspectos de lo que pasa en Chiapas

No nos vendemos; queremos que nuestro trabajo sea una promoción de la cultura: Damián Martínez

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Durante uno de los conciertos de Sak TzevulFoto archivo La Jornada
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 9 de junio de 2016, p. 8

San Cristóbal de Las Casas, Chis.

El grupo de rock en tzotzil Sak Tzevul (relámpago) se presentará en el Festival Mercado de la Poesía, que se realiza en París, Francia, informó Damián Martínez, director y fundador de la agrupación.

Dijo que la presentación del grupo está programada para el 11 de junio, por lo que él, su hermano Enrique, Romeo Ramos y Cipactli Hernández partirán hacia Francia este jueves.

En entrevista comentó que la contratación para presentar el concierto se hizo por medio de la Secretaría de Cultura de México y significa un orgullo, porque vamos representando al país.

Sak Tzevul, el primer grupo que cantó rock en tzotzil, a partir de la música tradicional de los antiguos pueblos mayas de Chiapas, fue fundado en agosto de 1996 y se ha presentado en diferentes estados del país, así como en Estados Unidos, Canadá, Rusia, España y Japón, entre otras naciones.

Nuestros conciertos son un compendio de lenguas indígenas de Chiapas, con alusión al tzeltal, al toztil y al tojolabal; incluyen un segmento de melodías tradicionales, más como instrumentales, y otro de canciones en castellano que expresan un poco el contexto en que vivimos y en el cual me he desarrollado como músico y persona, explicó Martínez.

511 vueltas al sol...

Agregó que para el festival francés les pidieron un programa acústico, por lo que “montamos nuevo material. Claro, hay un compendio, pero tenemos unos temas que compuse hace mucho tiempo, las cuales presentamos en un concierto en Santo Domingo en 2002-03; es un reportorio que aborda la resistencia. La presentación se llamó 511 vueltas al sol, canto de resistencia. Son sones acústicos que hablan de diferentes aspectos de lo que ha sucedido en Chiapas”.

Originario del municipio tzotzil de Zinacantán, donde surgió la banda, Martínez señaló que los dos discos más importantes que ha grabado son Espíritu de la tierra y Selva soñadora, pero una parte del reportorio, en general, es de lenguas, una de alusión a la música tradicional indígena chiapaneca y otra popular.

Entre las canciones que toca la banda está El Bolomchón, un himno para las comunidades indígenas, cada una tiene su propia versión del tema. La más conocida es la de Chamula. Es como un arquetipo, cada comunidad lo tiene como su deidad y le dedica su respectivo canto..

Agregó: “Es el mismo arquetipo: jaguar serpiente que vuela. Yo adopté un poco el texto de la versión de Chamula, pero le cambié toda la melodía, respetando las reglas de la estructura tradicional musical, e hice una nueva adaptación, de mi cosecha; además, le puse otra introducción que tiene que ver más con la música del Istmo.

Le hice unas transfusiones y le gustó mucho a la gente. Quedó como una rola. Son cantos tradicionales, es decir, repetitivos; te metes en un trance por un buen rato. Esas melodías hay que hacerlas a fin de que sea una canción, que tenga principio y final. Ese es el trabajo que realicé.

Precisó que esa canción habla de la serpiente jaguar del cielo y de la serpiente jaguar de la tierra. Estas figuras son prehispánicas. Un amigo me contó que los ancianos le dijeron que El Bolomchón es una especie de dragón blanco que flota en el agua y se regocija. Es como un estado espiritual que se invoca.

Sak Tzevul se presentó por primera vez el 10 de agosto de 1996 en la fiesta de San Lorenzo, de Zinacantán. La peculiaridad de la celebración, señaló Damián, es que desfilan muchos músicos e instrumentistas, lo que le va cambiando de color en las etapas. Hemos tenido con violines, trombón, tambores tradicionales y ahora percusiones y un vibráfono. Cada temporada es distinta. Las canciones se van adaptando y vamos componiendo nuevos temas; es más como una especie de colectivo, aunque Enrique Martínez y yo estamos al frente.

Afirmó que hace 20 años hicimos un planteamiento a los hablantes de otras lenguas. Han sido como 20 bandas que han tocado rock en tzotzil, pero Sak Tzevul es la única que se ha mantenido.

Abundó: Somos los primeros en tocar rock en tzotzil, en saltar a una escena más cercana a la gente. Hubo otros en el centro del país que tocaban en náhuatl y otomí, pero a nosotros y otro grupo de Sonora, que se llama Hamac Cazzim (fuego sagrado, en seri), que cantan en serio, nos tocó la época de la globalización. Ese es el mérito que nos hace decir que fuimos los primeros en cantar en lengua indígena; somos los primeros que tuvimos la oportunidad de darnos a conocer a otro nivel más allá de la televisión y de los medios masivos. El problema de otras propuestas es que no tuvieron cobertura, ya que la televisión y la radio en aquellos tiempos estaban más enfocadas a aspectos comerciales.

En su opinión, “no se ha explotado el capital cultural que tiene México y menos el de los pueblos indígenas (…) Lo que más llama la atención de mi música es tal vez la curiosidad por saber qué es lo indígena”.

Martínez aseguró que su trabajo es crear simbolismos, que sean como una especie de puertas que puedan abrir las personas a las que les interese entrar a ese mundo y conocer la gama de costumbres, conocimientos, historia y música.

Aseguró que su hermano Enrique y él se han “dedicado plenamente a eso y hemos sacrificado otras cosas. Fue una cosa hasta loca, como vivir de la música, porque podíamos hacer otra cosa, pero pasamos por una época oscura y nunca ha habido apoyo para estudiar la música.

Fue un camino difícil, porque no había a quién tomar como referencia, destacó.

El músico aseguró que una de las cosas que no ha hecho Sak Tzevul es comercializar su trabajo; no nos vendemos fácilmente; nos resistimos a que esto sea una vil venta, queremos que sea promoción de la cultura.