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El hombre que se convirtió en pistola, en el CCB

Mexicanizan la herencia de poderes en Alemania

La trama es divertida, aunque aborda el amor, el odio y los desacuerdos familiares, dice actor

 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de junio de 2016, p. 4

La frase el débil muere, mientras el fuerte procrea articula el contenido de crítica social en la obra El hombre que se convirtió en pistola, dirigida por Saúl Meléndez, con la participación de la compañía Perra Ciega Producciones.

La obra es de Rebekka Kricheldorf, la adaptación de Noé Lynn y se estrenó hace unos días en el teatro El Granero Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque.

El texto, indicó Meléndez, es de crítica social y trata sobre la herencia de los poderes y ese aspecto me gustó para adaptarlo de la realidad alemana a la mexicana.

En sus obras Kricheldorf, prosiguió Meléndez, plantea sus conflictos en estratos sociales alemanes muy definidos y, en este caso, existe cierto paralelismo porque la historia transcurre en el seno de dos familias disímiles: una de clase alta y otra criminal, muy exitosa, pero de un estrato más bajo.

También, retomó David Lynn –quien encarna al personaje del doctor Héctor Leño–, se abordan temas sobre el amor y el odio, los desacuerdos familiares, las incongruencias sociales pero, a la vez, la trama se enmarca en un ambiente muy divertido.

Es decir, “las situaciones de cada uno de los personajes –que son totalmente reconocibles– permiten que surja el sentido de la comicidad, lo cual propone diversas reflexiones entre los espectadores”.

El lenguaje, coincidieron Meléndez y Lynn, es llano y basado en el sentido del humor de la cultura mexicana.

La trama, explicaron, se desarrolla en la nada pacífica Ciudad de México y pocos asesinos profesionales son tan fríos y desalmados como Raúl. Sin embargo, éste lleva una vida libre de culpas y preocupaciones: mientras su hermano, el médico, quien habita en Interlomas, es benefactor y filántropo dedicado para servir al prójimo y es además un manojo de nervios porque teme ser despojado de todo lo que ama, incluyendo a su prometida, la sicóloga Rebeca.

Foto
Markin López (de pie) y Silvia Lomelí en una escena de la obra de Rebekka Kricheldorf, con dirección de Saúl Meléndez, a cargo de la compañía Perra Ciega ProduccionesFoto Guillermo Sologuren

Discurso desolador

El actor Markin López, quien encarna al asesino, explicó: Raúl creció en un ecosistema determinado, pero la diferencia es que no siente miedo, y en esta inestabilidad emocional llega al barrio malo y ahí se vuelve un experto en matar y aniquilar personas.

Existe, añadió López, un discurso desolador, porque se reflexiona y confirma la idea de que quien osa salirse de las estructuras sociales perfectamente establecidas generalmente termina mal; esa es la realidad que vivimos.

Otro de los personajes es Gil García, quien fue una de las víctimas de Raúl; “era dueño de un barrio muy malo y de una red de prostitución, donde inició a su hija Flor, violándola desde muy pequeña, para que aprendiera el oficio del bisne caliente”, explicó el actor Fermín Martínez, quien interpreta con humor al personaje del fantasma proxeneta.

El hombre que se convirtió en pistola cuenta con el diseño, escenografía y utilería de Joel Jaime; la iluminación y asesoría en biomecánica de Marco Antonio Silva y entrenamiento musical de Alberto Rosas.

Las funciones de la obra que se presenta en el recinto de Reforma, esquina Campo Marte, Bosque de Chapultepec, son jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18 horas. La temporada concluirá el 12 de junio.