La Paz.

La policía de Bolivia dispersó con gas lacrimógeno a discapacitados que mantienen bloqueados todos los accesos a la Plaza Murillo, donde están el presidencial Palacio Quemado y la sede de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia (Congreso), en demanda de que su subsidio, actualmente de unos mil bolivianos (144 dólares anuales) se incremente a 500 bolivianos (72 dólares) al mes, reportaron medios de prensa locales, entre ellos Radio Fides.

El Ministerio de Gobierno señaló que encapuchados infiltrados entre discapacitados agredieron con objetos punzantes a policías que no tienen orden de usar gas lacrimógeno en la Plaza Murillo, pero los uniformados rompieron la cadena de mando y sí lo emplearon.

Horas después, Rodolfo Illanes, viceministro de Régimen Interior, aclaró que la policía sólo utilizó los gases lacrimógeno contra los encapuchados infiltrados.

Los discapacitados llegaron a dos cuadras de la Plaza Murillo, y reaccionaron con indignación cuando encontraron las calles bloqueadas por rejas que colocó la policía para impedirles el paso. Un grupo trató de empujar las rejas para sobrepasar el bloqueo y hubo un forcejeo con los agentes, que respondieron lanzando bombas de gases lacrimógenos.

Moriremos en nuestro intento. Renta o muerte, reiteró David Cayo, dirigente de los discapacitados.

Agregó que en uno de los accesos se instalarán carpas para que pernocten los marchistas que llegaron el lunes a La Paz tras recorrer desde Cochabamba 380 kilómetros durante seis semanas.

La televisión mostró imágenes del disturbio en que se ve varias personas en sillas de ruedas empujadas por familiares, y otros que esgrimen sus muletas y bastones. Incluso había niños con diferentes discapacidades.

La represión ocurrió en momentos en que el presidente Evo Morales viajó a Ecuador, país afectado hace poco más de un semana por un terremoto.

El gobierno señala que otorgar el subsidio que exigen los discapacitados no sería sostenible para las finanzas públicas; unas 70 mil personas reciben el subsidios.