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Uber, entre esas firmas que no poseen infraestructura y operan desde plataforma digital

Crece número de empresas que valen más de mil millones de dólares sin cotizar en bolsa

Riesgo de estar ante una burbuja como la de las compañías punto com, advierte BBVA

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Un usuario muestra la aplicación del servicio de transporte Uber en WashingtonFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de abril de 2016, p. 18

Basadas en la economía digital, las empresas que rebasan mil millones de dólares llegaron a 160 este año, cuatro veces más de las que existían hace un trienio. Son compañías tan selectas y raras por los niveles de inversión que tienen sin cotizar en bolsa y el crecimiento exponencial que han alcanzado en unos cuantos años que, por eso, se les bautizó como unicornios y excluyen a los gigantes de Internet, indica un análisis del Grupo Financiero BBVA Bancomer.

“El miedo a que estemos ante una burbuja similar a las empresas punto com en los años 90 se mantiene, sin que hasta ahora exista certeza sobre este hecho. Lo que sí es cierto es que su crecimiento está cambiando el panorama de muchos sectores, debido a la novedad de los modelos de negocio que se proponen y a su interpretación de las tendencias de la economía nacional”, advierte el corporativo.

Los unicornios son empresas de tecnología que están presentes en todos los sectores que han sido afectados por la digitalización, acumulan un valor de 549 mil millones de dólares, prefieren no financiarse en la bolsa, llegan a operar sólo con plataformas sin instalaciones o infraestructura propia y el tiempo que han tardado en convertirse en unicornios se redujo en el último trienio.

Uber, que no posee ningún vehículo pero ofrece el servicio de transporte, encabeza la lista de los unicornios y está valorada en 51 mil millones de dólares, por lo que fue rebautizada junto con otra decena de empresas como superunicornios o decacornios.

BBVA Bancomer refiere que los unicornios son empresas que fueron fundados a partir de 2003, pero el término surgió una década después, cuando sumaban únicamente 39, que representaban 0.7 por ciento de todas las empresas tecnológicas que había entonces en Estados Unidos.

Apenas surgían cuatro empresas (de ese tipo) al año, eran tan raras como los unicornios, según el análisis, pero “en abril de 2016 hay censados cerca de 160 unicornios en todo el mundo, aunque sólo uno por ciento de las empresas que son creadas puede aspirar a convertirse en unicornio”.

La mayor parte de las empresas unicornios que están vigentes a la fecha fueron fundadas en 2007 y desde entonces su número ha disminuido hasta llegar a 2014, cuando fueron creadas sólo cuatro.

El concepto o calificativo de unicornio se ha afinado hasta determinarse que otra característica singular de dichas empresas es que han optado por no cotizar en ninguna bolsa o mercado, así que no están obligadas a publicar sus cuentas y su valor se calcula a partir del número de usuarios o clientes que tienen y el potencial de los mercados donde operan.

La mayoría se concentran en Silicon Valley, en Estados Unidos, país al que pertenecen 80 de los unicornios, seguido de China, que tiene 20, y Europa con sólo 16. En este último caso, BBVA Bancomer atribuye el reducido número de unicornios a que en ese continente hay más barreras regulatorias y fragmentación del mercado.

Para financiarse, los unicornios cuentan con otras empresas que invierten en ellas a tasas de interés muy bajas y no son controladas por inversionistas institucionales, con lo que se excluye a los corporativos gigantes de Internet, los únicos cuyo valor los supera.

Los unicornios operan u ofrecen sus servicios de tecnología en todos los sectores o tipos de empresas y si bien sólo en ocasiones cuentan con un fuerte componente de innovación tecnológica todas aprovechan el valor de los datos como elemento diferencial y muchas operan con infraestructura tecnológica.

La mayoría se dedica al software, al Internet para el consumidor y correo electrónico, pero también están presentes en los servicios financieros, salud, medios, educación, juegos y entretenimiento, energía, sector inmobiliario e incluso hasta en el área aeroespacial y defensa, precisa la investigación del BBVA Bancomer.