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Las conmemoraciones luctuosas de Cervantes y Shakespeare opacan al escritor mestizo

A 400 años de su fallecimiento, el Inca Garcilaso de la Vega es el gran olvidado

Universidades y bibliotecas de España y su natal Perú rinden homenaje al también historiador

 
Periódico La Jornada
Viernes 22 de abril de 2016, p. 6

Lima.

Hace 400 años, en la ciudad española de Córdoba, murió el primer cronista mestizo de América, el historiador y escritor más importante del Perú y el punto de partida de la literatura hispanoamericana: el Inca Garcilaso de la Vega.

Y para celebrar el cuarto centenario de su muerte, España y Perú rinden homenaje a quien es considerado el símbolo de unión entre ambos pueblos, con conferencias y exposiciones en universidades y bibliotecas.

Garcilaso nació en la ciudad peruana de Cusco en 1539, durante la época de la conquista, fruto de la unión del capitán español Sebastián Garcilaso de la Vega y la princesa inca Isabel Chimpu Ocllo, nieta del inca Túpac Yupanqui. Esa diferencia de culturas marcó profundamente su visión del mundo.

Entre conquistadores y conquistados

A los hijos de español e india nos llamaban mestizos, por decir que somos mezclados de ambas naciones; fue impuesto por los primeros españoles y por su significación me lo llamo yo a boca llena y me honro con él, escribió Garcilaso.

Los historiadores cuentan que le tomó 50 años dar significado simbólico a su condición de mestizo. Fue bautizado por su padre como Gómez Suárez de Figueroa y, tras muchos años de conflictos y vivencias, decidió autonombrarse Inca Garcilaso de la Vega.

A pesar de que creció en tiempos convulsos por las guerras civiles entre los españoles en el Cusco, Garcilaso fue un mestizo privilegiado: perteneció a las élites de los conquistadores y los conquistados.

De su familia materna aprendió a hablar el quechua y un sinnúmero de historias del imperio incaico, mientras el entorno de su padre le enseñó el castellano y cursos de gramática y ciencia.

A los 20 años, Garcilaso debió dejar su principal afición, que lo había acompañado desde la niñez: recorrer las serranías de Cusco y jugar con los parientes indios. Su padre murió y le heredó una alta suma de dinero para que estudiara en España.

El historiador obedeció a su padre y partió hacia Lima, la capital del Virreinato, en un viaje que duró mes y medio para después embarcarse a la lejana España.

Allá vivió 30 años y cultivó la cultura occidental, se relacionó con intelectuales, aprendió el latín con jesuitas y recibió cartas de amigos españoles y mestizos de Perú.

Así, Garcilaso empezó a reunir información para después empezar a escribir parte de las obras más importantes de la época, entre ellas los Comentarios reales de los incas, primer hito de la literatura peruana en el mundo.

Yo escribo, como otras veces lo he dicho, de lo que mamé de la leche y vi y oí a nuestros mayores, decía.

El primer escritor americano que publicó en España fue autodidacta; se formó en bibliotecas y charlas con personas ilustradas.

Garcilaso murió el 23 de abril de 1616, la misma fecha en que fallecieron Cervantes y Shakespeare, aunque no es del todo así, porque nuevas investigaciones sitúan la muerte del autor del Quijote el 22 de abril y la de Romeo y Julieta días después.