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Mozart: una fiesta por la alegría de vivir
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Periódico La Jornada
Sábado 16 de abril de 2016, p. a12

En los estantes de novedades discográficas esplende un gran regalo: A Mozart Soirée (de la disquera inglesa Clarinet Classics), toda una fiesta.

Este disco imperdible compendia los atributos del compositor austriaco, que el experto Stellan Mörler describió así, para uno de los libros mejores dedicados a Volfi: la vivacidad de su espíritu, la delicadeza de sus sentimientos amorosos y el carácter gozoso del compositor.

La exquisitez de esta grabación estriba en sus ejecutantes, Colin Lawson, Michael Harris, Timothy Lines & friends, pertenecientes a ese raro linaje de músicos que consagran sus dotes a proyectos nobles, aventurados y tan extraños como continuar el cultivo y culto a uno de los instrumentos de sonido más bello, misterioso, encantador y mágico: el corno di bassetto, del cual mostramos varios ejemplos en las imágenes de esta página.

Ese instrumento nació alrededor de 1760, pero la perfección de su sonido se logró gracias a un hombre legendario: Anton Paul Stadler (1753-1812), el máximo clarinetista de su época y prácticamente de la historia.

En su afán por evolucionar su estilo y su sonido, añadió a su clarinete extensiones, con ayuda del constructor Theodore Lotz y el resultado fue un raro artefacto de formas caprichosas, como un lindo gusano metálico con goznes de madera que parece poseer vida propia.

Los mejores críticos de la época coincidieron: el sonido del corno di bassetto parece provenir de otro mundo, de otra dimensión. Es un sonido mágico y hermoso. Siempre sonriente.

Volfi y Anton fueron amigos íntimos. Existe una grabación realizada por algunos de esos músicos del mismo linaje, que reproduce la música, el ambiente y la alegría de las fiestas de Volfi, Anton y sus amigas y amigos, en Praga. Por supuesto que los corni di bassetto formaban parte de la fiesta.

De hecho en Praga, en la Casa Bertramka, donde hospedaban a Volfi, se muestran, hoy convertida en museo, algunos de los corni di bassetto que utilizaba esa linda pandilla de gozadores de la vida.

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Lo que suele mencionarse cuando se habla de Mozart y Stadler, se reduce al Concierto para Clarinete y la Gran Partita, que escribió Mozart para su amigo. Pero en realidad hay más obras, todas deliciosas, y algunas de ellas están contenidas en este bello disco, cuyo subtítulo habla por sí solo: Divertimenti, Arias and Nocturnes. Obras de Mozart poco conocidas.

Mozart, lo sabemos, es el rey de los divertimenti. Hay coherencia absoluta: esas obras se caracterizan por el desenfado, el gusto por el baile, la alegría, el disfrute de la vida, atributos de Volfi.

Además del corno di bassetto, debemos a Mozart el cultivo de otro instrumento hoy también en desuso pero generador de magia mesmérica: el arpa de copas de cristal. Las grabaciones están al alcance, ya en Spotify, ora en Apple Music, o en YouTube.

El disco que hoy nos ocupa incluye los Seis Notturni que escribió Volfi para las fiestas de los miércoles en casa de su amigo, también masón al igual que Stadler, Joseph Nikolaus Jacquin, célebre profesor de química y botánica y jefe de una familia muy musical. Su hija, alumna de Volfi, ejecutaba también el corno di bassetto.

Esos Seis Notturni están escritos para tres voces y tres corni di bassetto y son una delicia, al igual que el par de Divertimenti que incluye el disco, las Tres Transcripciones de Las bodas de Fígaro, para tres corni di bassetto, el bellísimo Adagio para Dos Clarinetes y Tres Corni di Bassetto y un Rondó final.

La pura gozadera.

Uno no se cansa de escuchar esta música que acrisola la ternura, el amor, la candidez, el desenfado, la alegría, el gozo, las sonrisas, es decir, todo lo que define la música de Mozart.

Una música plena de magia y de hermosura y siempre sonriente.

Mágica y hermosa. Dulce ángel sonriente.

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