Cuernavaca, Mor.

El dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, Jaime Domínguez Pérez, afirmó que insistirá con su queja que interpuso ante el relator especial sobre tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes de la Organización de Naciones Unidas, por las dos detenciones y la tortura que recibió por policías del Mando Único (MU).

Consideró que la recomendación que emitió la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Morelos (CEDHM) contra el gobernador Graco Ramírez y su gabinete de seguridad no incluyó parte de la segunda detención, donde se documenta que los golpes que recibió le provocaron la pérdida de la mitad de su capacidad auditiva.

Indicó que si la CEDHM hubiera contemplado las dos quejas con todas las pruebas y los testimonios que presentó, se hubiera solicitado al mandatario la desaparición del MU por violar los derechos humanos de los ciudadanos que protestan contra los megaproyectos que buscan acabar con el medio ambiente, el agua y el campo de Morelos.

Narró que la segunda vez que lo detuvieron –el 19 de septiembre de 2013–, fueron más graves los golpes, las amenazas de muerte y la tortura de los elementos del MU, porque el gobierno del estado lo ubica como uno de los dirigentes que se oponen al Proyecto Integral Morelos (PIM) de la Comisión Federal de Electricidad.

Dijo que la primera vez que lo detuvieron de manera arbitraria y lo golpearon, protestaba afuera del ayuntamiento de Jonacatepec, el 4 de diciembre de 2012, y que en esa ocasión incluso detuvieron a Camilo de la Torre Olivo, Fidel Rivera Moreno y Lázaro Domíguez Castro.

Aseguró que desde que se integró el MU en Morelos las violaciones a los derechos humanos de los activistas han aumentado, y en su caso, la CEDHM se vio obligada a sacar esta recomendación ligera, por la presión de organismos internacionales y organizaciones de derechos humanos no gubernamentales.

“La segunda detención, creo yo que fue castigo del gobierno de Graco Ramírez porque los denuncié penalmente la primera vez que me detuvieron y golpearon (…) el 19 de septiembre de 2013 los policías vinieron ya con una actitud programada hacia mi persona. Seguiremos luchando y exigiendo que se cancele el PIM.

Al MU se le debe vigilar o debe desaparecer, inclusive porque cuando estuve detenido no era el único caso de tortura, había más. Decidí denunciar y después me volvieron a perseguir hasta detenerme y golpearme de nuevo, dijo el activista social.