Cultura
Ver día anteriorMiércoles 23 de marzo de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
La oferta teatral

Integrantes de La Comedia Humana desarrollan la iniciativa La comuna: revolución o futuro

Desbordan formatos convencionales del teatro para mejorar el tejido social

Con una acción escénica reproducirán el histórico mitin del 2 de octubre de 1968, adelantan

Foto
Aspectos de las etapas de Réplica (s) del 68, acción escénica a cargo del colectivo La Comedia HumanaFoto cortesía de la compañía
 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de marzo de 2016, p. 4

El colectivo La Comedia Humana, como parte de su proyecto artístico denominado La comuna: revolución o futuro, articula una serie de actividades durante marzo y abril que tendrán por resultado una reproducción del histórico mitin del 2 de octubre de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, acción escénica a la que han llamado Réplica (s) del 68.

La comuna: revolución o futuro, es un proyecto de intervención y reapropiación que tiene como objetivo propiciar escenarios para que una comunidad en particular reflexione en torno a las problemáticas que le afectan, al tiempo que pueda pensar su futuro inmediato en términos de organización social colectiva.

La idea es desarrollar una nueva manera del quehacer teatral contemporáneo, que desborde los formatos convencionales, explica el creador escénico e investigador Rubén Ortiz, integrante de esa agrupación.

No partimos de un texto dramático, es decir, de una obra escrita por un dramaturgo, sino que desarrollamos una labor de investigación e implementamos diversos talleres, centrados en la idea de memoria y futuro, que permitan a una comunidad específica problematizar y reconstruir sus lazos identitarios.

Como creadores escénicos “es muy importante para nosotros proponer la organización colectiva y el trabajo en común, como una vía para mejorar el tejido social del país. Por ello trabajamos junto con una comunidad específica, donde en conjunto nos organizamos y planteamos, no la revolución, sino qué futuro o problemas tiene dicha comunidad. La idea es generar escenarios donde –si ese futuro no ha sido pensado– se pueda pensar.

“Cuando nos acercamos a una comunidad –continúa Ortiz– estamos en ella por lo menos seis meses. Articulamos talleres y otras actividades con las que trabajamos la idea de memoria y futuro o memoria y territorio. Pensamos en acciones escénicas, conversatorios, exposiciones, intercambio de objetos o fotografías que permitan a las personas dialogar para, a partir de ahí, de manera práctica y artística cuestionarnos el futuro y qué hacer para concretizarlo.”

La propuesta, destaca el creador escénico, es pensar el teatro desde otro lugar. Lo que cuestionamos es quién es el que debería actuar, quién dice la historia, para quiénes la dice y en qué espacios las va a decir. Pensamos que hay una especie de monopolio de la representación, es decir, sólo unos cuantos están validados para contar historias y sólo otros para escucharlas, dentro de un ambiente controlado. Para nosotros es importante que sean las personas las que cuenten su historia y se la narren al prójimo. Es una propuesta escénica en la que ya no son más importantes unos que otros, sino que todos somos protagonistas y antagonistas. Esa es la reflexión que nos ha hecho salir de los teatros y teatralidades convencionales.

Las actividades que darán por resultado la acción Réplica (s) del 68 se dividen en cuatro etapas. La primera es la instalación de las clínicas revolucionarias, esto es, llevar una carpa a distintos centros de estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como el Colegio de Ciencias y Humanidades, el espacio conocido como Las islas, en Ciudad Universitaria, la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (FES Acatlán) y el Museo Universitario Arte Contemporáneo.

La carpa se instala con el lema: La semana de salud revolucionaria. Ahí lo que se hace es medir la sangre revolucionaria a los jóvenes.

Los chicos hacen fila y llenan un cuestionario en el que se les pregunta qué es lo que saben sobre la historia de la disidencia en México, si conocen el significado del número 43 o 132; o qué conocen del movimiento estudiantil de 1968.

Pasan luego con los doctores y éstos les aplican diversas pruebas médicas con la finalidad de comenzar una especie de diagnóstico. “Les mostramos fotos de movimientos sociales, escuchan canciones, les pedimos que nos hablen de cualquier batalla ganada que conozcan, sea escolar, familiar, social.

Todo ello se convierte así en un escenario, donde los jóvenes comienzan a contar sus propias historias al tiempo que reciben determinada información de lo que ocurre en el país y en el mundo, respecto de la disidencia.

La segunda etapa será un seminario-taller: Juventudes, movimientos sociales y estéticas de la emergencia, de cinco sesiones, que se realizará los días 30 de marzo y 2, 6, 9 y 13 de abril, en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, donde se reunirán varios especialistas que conversarán con los jóvenes. Luego del seminario, el taller implicará los preparativos de una “reproducción del histórico mitin del 2 de octubre, en la Plaza de las Tres Culturas, denominada Réplica (s) del 68”, acción que se tiene planeado realizar el 16 de abril, a las 18 horas. Se hará una convocatoria para que lleguen todas las personas que deseen asistir, adelanta Ortiz.

Ese día “vamos a repetir los discursos que se dijeron en aquel momento de 1968 y después habrá un espacio para que los grupos que se hayan formado durante el seminario-taller puedan pronunciarse o leer sus propios manifiestos. El acto concluirá con una acción conjunta denominada: Hacer volver a casa a los desparecidos”.

La última etapa consiste en hacer una muestra itinerante con todo el material resultado del proyecto, que se exhibirá en varias escuelas de la UNAM.

Como parte de esa exposición, concluye Ortiz, se mostrará por ejemplo el informe de la fiscalía especial que investigó los crímenes ocurridos en el contexto de algunos movimientos sociales, durante el gobierno de Vicente Fox, que aunque no dio los resultados que se hubieran querido, es un documento muy importante pues refleja la violencia del Estado. La idea es acercar a los jóvenes a ese tipo de información que normalmente no circula.

El colectivo La Comedia Humana está integrado por Erika y Sara Alcántar, Braulio Amadis, Vladimir Garza, Liliana Guerrero, Anya Naima, Luis Daniel Pérez, Ángel Rubio, Armando Ventura y Rubén Ortiz, quienes han desarrollado un repertorio de seis trabajos, de 2013 a la fecha, catalogado en capítulos.

Capítulo I: Implicaciones escénicas, proyecto que se realizó durante seis meses con los habitantes de la colonia Campamento Dos de Octubre, en Iztacalco. Capítulo II: Memoria y territorio, el cual se desarrolló en Naxthey, pequeño poblado del Valle del Mezquital, Hidalgo, de cultura ñañú, donde se entabló un diálogo entre adultos y niños de esa comunidad.

Capítulo III: Un paraíso posible, trabajo que se efectuó en Quilpetec, Tlalpan; pequeño barrio mitad rural, mitad urbano. Capítulo IV: Retroexcavaciones en el antiguo Hospital Civil, en Tampico, Tamaulipas. Capítulo V: Rentas congeladas, se realizó en el segundo patio del Museo de la Ciudad de México, recinto que en los años 40 del siglo pasado fue una vecindad. La propuesta fue la reconstrucción de esa vecindad, vinculada con las que todavía existen en la zona.

Capítulo VI: La Ferro, acciones efectuadas en la colonia El Ferrocarril, en Guadalajara. Réplica (s) del 68 es el capítulo VII.