Opinión
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México SA

Industria estancada

¿Y las manufacturas?

En boca cerrada…

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e acuerdo con el más reciente reporte del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, la actividad industrial de nuestro país aporta poco más de 30 por ciento a la producción nacional, de ahí la importancia que este sector de la economía mantenga un nivel apropiado de crecimiento. Sin embargo, los datos pertinentes al primer mes del año en curso demuestran que la evolución de las actividades secundarias continúa siendo moderada.

En enero pasado la actividad industrial presentó una tasa de crecimiento anualizada de apenas 1.1 por ciento. Si bien dicha cifra resultó similar a la obtenida durante el mismo mes de 2015, todos los componentes de la actividad industrial exhibieron un menor desempeño en comparación con el obtenido el año pasado.

La industria de la construcción presentó el incremento más significativo del periodo, ya que su tasa de variación fue de 4.6 por ciento (luego de 6.4 por ciento registrado en enero de 2015), la cual a su vez fue impulsada por las actividades de edificación (6.1 por ciento), en tanto que las obras de ingeniería civil mostraron un aumento moderado (1.7); adicionalmente, ante el recorte en el gasto en inversión el comportamiento de éstas últimas podría incluso modificarse a la baja, debido a que representan las inversiones en infraestructura del sector público.

A diferencia de los resultados en la industria de la construcción, detalla el CIEN, la minería continúa inmersa en terreno negativo, ya que durante el pasado mes de enero presentó un reducción anualizada de 2.5 por ciento, de manera que con esto acumula 20 meses consecutivos exhibiendo tasas de variación negativas.

Lo anterior tiene su explicación en el desempeño poco favorable de los subsectores que la comprenden, como es el caso de las actividades de extracción de petróleo y gas, las cuales también acumularon 20 meses con crecimientos anuales negativos (-1 por ciento en enero pasado), así como de los decrecimientos de doble dígito observados en los servicios relacionados con la minería, donde el más reciente fue un retroceso de 23.5 por ciento.

En lo que respecta a las manufacturas, éstas registraron un crecimiento moderado de apenas uno por ciento, como consecuencia de los resultados poco favorables en materia de exportaciones, dada la lenta recuperación de la actividad industrial estadunidense. Adicionalmente, 11 de los 21 subsectores que constituyen la industria manufacturera nacional presentaron tasas de crecimiento inferiores a las alcanzadas durante el año pasado, e incluso algunas actividades que tienen un peso significativo en el total no presentaron variación o ésta fue negativa, como es el caso de la fabricación de equipo de transporte (cero por ciento) y la industria alimentaria (-1.6 por ciento).

Por otro lado, para febrero la inflación se ubicó en un nivel de 2.9 por ciento, cifra ligeramente inferior a 3 por ciento obtenido durante el mismo mes de 2015. Un factor que contribuyó para lograr la estabilidad de dicha variable fue la variación negativa en el nivel de precios de los energéticos (-0.6 por ciento; por cierto, los genios de Hacienda siempre aseguraron que el alza constante en dichos precios no son inflacionarios, pero ahora juran que el descenso en el mismo indicador es resultado de la baja en esos mismos precios), debido a que la mayoría de los productos se ubicaron en terreno negativo, como es el caso de la electricidad (-2.4 por ciento) y las gasolinas de alto y bajo octanaje (-0.6 y -1 por ciento respectivamente).

El escenario para la actividad industrial de nuestro país en los próximos meses no es alentador. La construcción podría perder dinamismo ante un menor número de obras de infraestructura presupuestadas tanto en el sector público como en el privado.

Adicionalmente, luce complicado que las manufacturas nacionales alcancen un ritmo de crecimiento más acelerado en tanto el panorama industrial en Estados Unidos continúe debilitado. Esperar a que surta efecto la implementación de las reformas estructurales, en particular de la energética, no es suficiente como para observar mejores resultados económicos al finalizar el año.

Las manufacturas comienzan a mostrar señales de estancamiento como resultado del menor dinamismo del sector exportador de nuestro país. En lo que respecta a los ciclos, únicamente la construcción mantiene una trayectoria ascendente por encima del potencial, mientras que el resto de los componentes se ubican por debajo de la tendencia de largo plazo. De esa forma, es de esperar que las tasas de crecimiento de las actividades secundarias continúen siendo moderadas durante los primeros meses de 2016.

En lo que respecta a la industria textil, los resultados fueron mejores en términos generales a los observados en enero del año pasado. Todos los subsectores se ubicaron en terreno positivo, aunque los insumos textiles, las prendas de vestir y el cuero venían precedidos por tasas de variación negativas. Adicionalmente, las tendencias y los ciclos presentan un comportamiento similar donde sólo los productos textiles reportan un comportamiento a la baja en los dos indicadores, por lo que se podría esperar que su desempeño en los próximos meses se vea moderado en cierta medida.

A diferencia de los resultados anteriores, otras industrias como la maderera (-13.7 por ciento), la impresión (-2.6) y los derivados del petróleo (-1.9) se ubicaron en terreno negativo, luego de que el año pasado habían obtenido tasas de crecimiento positivas, exceptuando a los derivados del petróleo que en 2015 habían mostrado una caída más profunda (-13.3).

Sin embargo, concluye el CIEN, el mejor desempeño de dicha industria aún no se ha visto reflejado en la tendencia, ya que su trayectoria continúa siendo negativa e incluso su ciclo ha retomado el rumbo a la baja. Aunado a lo anterior, el bajo nivel de los precios del petróleo sin duda seguirá siendo factor para que dicha industria no exhiba una recuperación sostenida en los próximos meses.

Las rebanadas del pastel

Dicen que en boca cerrada no entran moscas, por lo que el inquilino de Los Pinos bien pudo cerrarla y abstenerse de utilizar una frase traicionera, pero como no registra si es de día o de noche, de cualquier suerte la soltó en público: Pemex será símbolo de una nación que se atrevió a cambiar, dijo el susodicho, justo cuando la ex paraestatal está en el suelo y la nación peor que ella, entonces, si ese es el símbolo, pues qué joda le ha parado al país… Y el dolarito vacacional a 17.67 escuálidos pesitos.

Twitter: @cafevega