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Instan a privilegiar el transporte público y restringir de manera significativa el uso de autos

Piden expertos aplicar medidas drásticas contra contaminación

Se requieren cambios estructurales aunque sean poco populares, resalta el Centro Mario Molina

El precio de un vehículo debe reflejar el costo que tiene para la sociedad, señala

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Los vehículos pesados que circulan por la capital son los causantes de 80 por ciento de la emisión de partículas nocivas y 90 por ciento del carbono negro, señala el Centro Mexicano de Derecho AmbientalFoto Alfredo Domínguez
 
Periódico La Jornada
Sábado 19 de marzo de 2016, p. 30

El Centro Mario Molina subrayó que la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) requiere cambios estructurales y la aplicación de medidas muy drásticas, aun cuando éstas sean poco populares entre la población.

En un pronunciamiento público ante la crisis de movilidad y calidad de aire de la zona, enfatizó que las acciones deben dirigirse a privilegiar el transporte público y a restringir de manera significativa el uso del automóvil particular; deben ser conmensurables al costo ambiental y de salud pública que para la sociedad tienen la contaminación y el congestionamiento vial.

En tanto, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y Greenpeace México señalaron que el problema de la contaminación en el Valle de México no es un asunto que se pueda resolver con acciones paliativas y de bote pronto.

Agregaron que tampoco se debe centrar exclusivamente en endurecer la verificación de los automóviles particulares, porque son los vehículos pesados, de carga y de pasajeros, los emisores de 80 por ciento de las partículas PM 2.5 y de 90 por ciento del carbono negro, debido a que el diésel que utilizan es alto en azufre.

Casos exitosos

El Centro Mario Molina se refirió a casos exitosos, como los de Tokio y Singapur, donde el precio de venta de un automóvil refleja el costo real que éste tiene para la sociedad, y llega a alcanzar más del doble de su valor comercial.

Para el organismo fundado por el premio Nobel de Química, la transformación profunda de la ciudad debe ir acompañada de políticas para contener la expansión de la mancha urbana y a rescatar el espacio público, incluida la creación de áreas verdes.

De continuar con medidas inerciales –advirtió– puede provocar un considerable deterioro de la situación actual, hasta asemejarnos a la realidad que se vive en ciudades como Manila, Filipinas, y Lagos, Nigeria, donde el tiempo promedio por traslados diarios es incluso superior al que tenemos en la ciudad de México, que frecuentemente supera dos horas de viaje.

Paliativos

Margarita Campuzano, del Cemda, comentó que el diésel que usan estos transportes es de 500 partes por millón de azufre, cuando en países desarrollados es de 15 y detalló que Pemex tiene ocho años de retraso en la introducción de ese combustible ultra bajo en azufre.

Gustavo Ampugnani, coordinador de la campaña Megaciudades de Greenpeace México, indicó que mientras no se cambie el sistema de movilidad de la capital y de sus zonas conurbadas, los días con alta contaminación ambiental seguirán ocurriendo. Expuso que decretar una contingencia, aunque es una medida positiva para salir de esta crisis, es sólo un paliativo.

Remarcó que las que fallan son las políticas para desincentivar el uso individual del automóvil, éstas no son suficientes. Se debe invertir en garantizar opciones de movilidad no motorizada y basada en transporte público masivo y eficiente para que la gente se traslade de manera rápida, cómoda y a un costo relativamente bajo. Eso significaría atacar de raíz el problema que vivimos.

Con esto coincidió Campuzano, quien refirió que mientras exista un transporte público indigno e insuficiente, no están dadas las condiciones para que la gente se baje del coche.