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El actor recibirá el domingo un premio en la Expo Sexo y Erotismo

Se quejan de los filmes de ficheras, pero llenábamos los cines: Zayas
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Las películas que se produjeron en esos años fueron un negocio, señala el actor en entrevistaFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de marzo de 2016, p. a10

“Hay quienes se quejan del cine que hicimos, el de ficheras, pero ¿no se trata de que sea negocio? Las películas que se produjeron en esos años lo fueron”, expresó en entrevista el actor Alfonso Zayas, sex symbol del cine porno-erótico mexicano.

El próximo domingo, Zayas recibirá un reconocimiento en la Expo Sexo y Erotismo 2016, en la que por primera vez se otorgarán los premios Méxxxico, a partir de las siete de la noche, en el Palacio de los Deportes.

Se reconocerá así la trayectoria de Zayas dentro de la comedia picante en México.

Su nombre completo es Alfonso Zayas Inclán. Cuenta con más de 50 años de trayectoria artística, en la que ha destacado en la sexy comedia. Zayas debutó a los cinco años en la película Azahares para tu boda, con el primer actor Joaquín Pardavé. Lejos estaba de imaginar que se convertiría en el comediante más solicitado por los productores fílmicos en el denominado cine de ficheras y luego calificado como el cómico erótico del pueblo. A sus 75 años cuenta en su haber con más de 140 películas, que durante 14 años abarrotaron, como nunca, las taquillas de las salas cinematográficas.

Algunas de las películas en las que ha participado son: Los verduleros 3 (1989), De chivo los tamales (1991), Narcosatánicos asesinos (1989), El rey de las ficheras (1989) y La madrecita (1974).

Zayas dijo que la distinción de que será objeto es de un grupo de personas valientes que se han atrevido a organizar una actividad sobre sexo y erotismo. “La pornografía en México existe por debajo del agua, en las casas, en los bares, y están compitiendo (los organizadores de la expo), por tanto, con lo que se hace en países como Holanda, Alemania y Estados Unidos. Bien vale la pena, porque se compra pornografía por fuera y ahora la pueden comprar por dentro. Es una competencia legal, autorizada.

“Hace 25 años ya me llamaban pornográfico por mis películas. Decían que mis filmes eran sucios, pero llenábamos los cines y para mí lo importante es la opinión del público, que en último de los casos es el que manda, el que paga su boleto, sus garapiñados, las palomitas. Es el que mantiene el negocio. Lo que hacíamos era criticado; había gente estúpida, con falta de conocimiento, que nos criticaba. Consideran al cine como instrumento para decir varias cosas. El cine debería ser como el teatro o la televisión, y dar diversión a la gente, nada más. Si la gente no quiere ver un programa de televisión que la apague y ya. Quien no quiera ver una película, que no compre el boleto. Quien sí paga merece respeto.

Aquellos años nos criticaban porque afirmaban que las películas eran horribles. La gente iba a vernos, pero yo no sabía cómo decirle eso a los críticos. Eso fue hace 25 años. Ahora deben estar viejitos o más idiotas que antes.

–Se decía que eran vulgares...

–¿Qué es lo vulgar y qué es lo correcto? Volvemos a lo mismo: lo vulgar lo puede ver un niño, una viejita, y no pasa nada. Lo vulgar... vivimos en un lugar muy vulgar para nuestra idiosincrasia. Para la gente de afuera siempre éramos los peladitos, los de Peralvillo... Así nos catalogaban y nos catalogan, pero aquí tenemos intelectuales, industriales, gente de mucho valor. Esto no les importa. Les importa nada más criticar lo que les parece criticable, lo cual me parece una cosa horrible de los críticos, que deberían ser imparciales, abiertos, tanto como para dejar entrar la opinión de la gente.

–¿Operaron el prejuicio y la falsa moral?

–Probablemente esa sería la palabra para los críticos de aquella época. Querer encuerar a una muchacha hacía gracia. Ese era el chiste, todo el meollo de mis películas. ¿Ellos no lo podían hacer? ¡Esa era la falsa moral! Y hace 28 años.

El cine y el erotismo existen en todo el mundo. Para mí esos de la falsa moral son, más bien, hipócritas. ¿Cuántos no quisieran tener una vieja encuerada cada rato? Esto y algo muy importante: la gracia, el humor. Lo mejor es que llenábamos los cines, lo cual nunca tragaron los críticos. Durante los 12 o 13 años en que filmé se levantó la industria, se hizo dinero. Citaban que las películas de Pedro Infante o de Pardavé. De acuerdo, son épocas y no puedes ir contra el público. Llenábamos los cines de antes, con mil y pico de butacas, no de 200 o 300 como las de ahora.

Respecto de los Óscares que ganaron Alejandro González Iñárritu y Emmanuel Lubezki, expuso que muy bien, porque son mexicanos, pero dichos premios no benefician en nada al cine de este lado de la frontera.