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Abrirán exposición por sus 90 años de vida y casi 70 de quehacer arquitectónico

El edificio H de Ciencias Políticas debe ser demolido, opina González de León

Esa construcción es un atentado al Espacio Escultórico, que se volvió natural, dice a la prensa

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Teodoro González de León con algunas de sus maquetas, ayer en el Museo de la Ciudad de México (Pino Suárez 30, Centro Histórico), donde el domingo será inaugurada su exposiciónFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de marzo de 2016, p. 6

El arquitecto Teodoro González de León, una de las más prominentes figuras mexicanas de esa disciplina artística en el ámbito internacional, criticó ayer con severidad la construcción del edificio H de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que según especialistas altera el entorno visual del Espacio Escultórico de esa casa de estudios.

Es un atentado a un espacio que ya se volvió un espacio natural; eso es lo curioso, pertenece a la naturaleza. El Espacio Escultórico es un trozo de lava congelado, primero y, después, está cercado con una escultura, indicó.

Es todo naturaleza. Se creció un edificio blanco, tonto, mal diseñado, corrientemente diseñado, y se levantó allí atrás, tapando la vista que se tenía de los volcanes, los cuales no aparecen siempre, pero cuando lo hacen es glorioso; y ahora no, se acabó.

Durante la conferencia de prensa en la que se anunció la muestra Teodoro González de León: maquetas, que este domingo será inaugurada en el Museo de la Ciudad de México, el también pintor, quien el 29 de mayo cumplirá 90 años, dijo que habló con el rector de la UNAM, Enrique Grauer, respecto de ese edificio ubicado en la parte oriente del Espacio Escultórico.

“Le dije –relató– que no había más remedio que demolerlo y, como ya está ocupado, pues que preparen de manera simultánea un edificio bajo prefabricado rápidamente.”

Muestra del festival Mextrópoli

Teodoro González de León compartió que jamás imaginó llegar a su edad actual: “Simplemente, sé que voy a empezar la décima década, pero me tiene sin cuidado (…) Lo que más me alegra de todas estas décadas es la vida: me alegra vivir”.

Integrada por 55 maquetas, seleccionadas entre las 150 que el arquitecto tiene en su despacho, la exposición se articuló como un homenaje a González de León por sus 90 años de vida y casi 70 de trayectoria profesional. Al mismo tiempo se inscribe en Mextrópoli, Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad, que por tercer año consecutivo se realiza en la capital del país.

La organización está a cargo de ese museo, la revista Arquine y El Colegio Nacional, institución esta última que prepara ya una serie de actividades para conmemorar al artista, como conferencias, mesas redondas y publicaciones, en coordinación con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Esa exposición es hasta hoy la más extensa que se ha montado sobre el trabajo de González de León, en la cual se doucumenta la evolución de su obra a partir de una ciudad virtual construida con maquetas. Concluirá el 3 de julio en el recinto de Pino Suárez 30, Centro Histórico.

González de León se encargó del diseño y pueden reconocerse representaciones a escala de muchas de sus creaciones que hoy son parte del paisaje de la capital del país, como el edificio el Pantalón, en Santa Fe; el Auditorio Nacional, en Chapultepec, y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, en Ciudad Universitaria. También hay otras de proyectos que no se concretaron.

A decir del arquitecto, las maquetas son la representación más fiel de un proyecto, pues los dibujos no tienen tercera dimensión y son un punto de vista congelado: Nada hay como el original para entender la estructura; la maqueta es lo más cercano, afirmó.

Entre las piezas exhibidas se encuentra la de un edificio que no pudo realizarse y que, según dijo el arquitecto, le duele todavía. Éste se erigiría en el área de Cuicuilco, pero su construcción fue impedida por las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Eso, aclaro, no obstante de que estaría a 400 metros de la pirámide y el descaro es que ellos (el INAH) tienen su escuela (la Nacional de Antropología e Historia) a 20 metros de la pirámide. Pero armaron un lío, se aprovecharon, atacaron al propietario, del cual no diré su nombre, y se opusieron a la obra. Hicieron una torta horrible en el lugar.