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Tras el terremoto provocado por la investigación de la FBI se elegirá al sucesor de Blatter

FIFA enfrenta hoy las elecciones más importantes de su historia

El jeque bahreiní Al Jalifa es favorito para imponerse en las votaciones, pero es objeto de acusaciones sobre violaciones a derechos humanos

El suizo Infantino, candidato de la UEFA

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Los cinco candidatos para contender por la presidencia de la FIFA son el jordano Ali bin Al Hussein, el francés Jerome Champagne, el bahreiní Salman bin al Jalifa, el sudafricano Tokyo Sexwale y el suizo Gianni InfantinoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 26 de febrero de 2016, p. a13

Zurich.

Nieva en esta ciudad, pero los mejores hoteles son un hervidero de reuniones y conversaciones en voz baja en las horas previas al congreso de la FIFA.

Después del terremoto provocado hace apenas nueve meses por la FBI, el organismo rector del futbol internacional pretende este viernes iniciar una etapa reconstructiva con la elección de un nuevo presidente que sustituya a Joseph Blatter (mandamás desde 1998) y la aprobación de profundas reformas.

Son cinco los candidatos que aspiran al trono del ente deportivo más poderoso del mundo, aunque sólo dos tienen posibilidades reales de victoria: el jeque Salman bin Ibrahim al Jalifa, jefe de la Confederación Asiática, y el suizo Gianni Infantino, secretario general de la UEFA.

Este último cuenta con el apoyo mayoritario de los europeos, que suman 53 votos, y con el de las 10 federaciones de la Conmebol. Al Jalifa, sin embargo, tiene el respaldo explícito de Asia y África, que juntos llegan casi a 100 de los 207 electores habilitados (209 si finalmente Kuwait e Indonesia, actualmente suspendidos, reciben permiso para votar).

Uno de los dos será este viernes el ganador de las elecciones más cruciales en la historia de la FIFA, que atraviesa una profunda crisis de credibilidad por la corrupción que amenaza con dinamitar no sólo la confianza de los aficionados, sino también la de los millonarios patrocinadores, que en realidad es lo que más preocupa a los dirigentes futbolísticos.

El Congreso votará también un amplio paquete de reformas para la gobernabilidad y un profundo lavado de imagen que incluye una restructuración del discutido comité ejecutivo y una limitación de los mandatos y el poder del presidente, que sólo podrá estar 12 años en el cargo.

En ese escenario acuden Al Jalifa e Infantino a las urnas. Los dos se presentan como estandartes de un nuevo comienzo, pero ambos también son hombres del antiguo régimen.

El jeque fue siempre cercano a Blatter, el presidente caído en desgracia e inhabilitado seis años por sospechas de corrupción. A sus 50 años, Al Jalifa, miembro de la familia real de Bahrein, cree que ha llegado la hora de que un asiático presida la FIFA.

Cuenta con la ayuda del influyente jeque kuwaití Ahmad al Sabah, miembro del comité ejecutivo del organismo rector del futbol mundial y jefe del Consejo Olímpico de Asia.

Con el apoyo de Asia y África, Al Jalifa está en la pole position. Su gran problema podría llegar después de ganar la carrera, cuando tenga que enfrentar desde el sillón presidencial las cuestiones sobre los derechos humanos. El jeque es acusado de dirigir una comisión para identificar deportistas entre los manifestantes que en 2011 protestaron contra el régimen autocrático de Bahrein. Muchos fueron encarcelados y torturados.

Puras mentiras, asegura Al Jalifa, quien da la vuelta al argumento y se presenta como víctima. Perdóneme, ¿no es eso racismo de Occidente?, dijo al diario suizo Neue Zürcher Zeitung.

Infantino es candidato únicamente porque su jefe y mentor, el francés Michel Platini, cayó junto a Blatter. La UEFA buscó una alternativa y apareció el suizo de 45 años, políglota abogado de origen humilde, hijo de inmigrantes italianos, quien siempre admitió que como futbolista era un desastre.

Él propone ampliar el Mundial de 32 a 40 equipos y repartir más dinero entre las federaciones. Sin duda, una forma de superar el recelo que el resto del mundo ha tenido siempre hacia la poderosa UEFA, bajo cuyo paraguas ganan millones los clubes de la Liga de Campeones, destino final de los mejores jugadores del planeta.

El apoyo de los europeos es seguro, pero resta saber si los latinoamericanos que le prometieron fidelidad –en Sudamérica y Centroamérica– mantienen su palabra, además de que busca votos de indecisos en África.

La presencia de otros tres candidatos sin opciones –el francés Jerome Champagne, el jordano Ali bin Al Hussein y el sudafricano Tokyo Sexwale– podría dar a los indecisos una escapatoria: primero voto a uno de estos tres y así veo el apoyo real que tienen los favoritos.

En primera ronda se necesitan dos tercios de los votos (138), así que es casi seguro que habrá una segunda vuelta, en la que ya sólo se precisa mayoría absoluta. Con la información del primer resultado en la mano es más fácil acertar con el lado ganador.

Este jueves, la Concacaf realizó su congreso para aprobar un paquete de reformas en busca de transparencia.

Sus integrantes están divididos sobre el sentido de su voto. El panameño Pedro Chaluja, recién nombrado miembro del comité ejecutivo de la FIFA, indicó que el voto de América continental está hacia Infantino. En el Caribe hay divisiones, pero el jeque tiene la mayoría, añadió, sabedor de que 25 de los 35 votos de Concacaf son de las islas caribeñas.