Sociedad y Justicia
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Escasas acciones afirmativas contra discriminación en México: expertos
 
Periódico La Jornada
Lunes 22 de febrero de 2016, p. 33

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía las mujeres pueden ser elegidas en cargos públicos; sin embargo, sólo hay una gobernadora en 32 entidades. También señala que no obstante que la discapacidad no debe ser impedimento para obtener empleo, 45 por ciento de las familias de esa población se mantienen con programas gubernamentales o donaciones.

Los indígenas tienen los mismos derechos educativos y la realidad es que 60 por ciento enfrenta rezago académico, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Para eliminar esas y otras desigualdades en varios países se han instaurado las llamadas acciones afirmativas, como las cuotas de género en la política.

En México hay muy pocas, no son bien vistas y no atacan el punto medular: el racismo, señalaron los investigadores en temas de discriminación, Gisela Carlos Fregoso, de la Universidad Veracruzana, y Mario Santiago Juárez, de la UNAM.

Esa medida nació en 1965 en Estados Unidos para permitir que los afrodescendientes tuvieran trabajo. Ciertas plazas en instituciones o compañías estaban destinadas sólo a un sector, explicó Gisela Carlos en entrevista. Consiste en generar espacios para quienes de otra modo no podrían obtenerlos.

Se supone que la asignación de empleos, candidaturas o matrículas educativas debería ser por mérito propio y no por ser mujer, discapacitado, afrodescendiente o indígena, indicó Santiago Juárez.

El caso de las cuotas de género

Entre las pocas acciones afirmativas conocidas y criticadas está la cuota de género, por la que la mitad de postulaciones de los partidos deben ser femeninas. Otra es la reserva de plazas en instituciones de gobierno para trabajadores discapacitados. Cuando se trata de esa población casi nadie se queja, pero para las mujeres es más complicado. Lo que se debe tomar en cuenta es la capacidad y no el género, apuntó.

En 2001 universidades y empresas apoyaron un proyecto para que alumnos indígenas ingresaran en directo a esas casas de estudio, pero eso terminó, recordó Gisela Carlos. Ahora les otorgan becas, pero a los que consiguieron entrar a pesar de que vienen de un entorno económico, social y educativo desigual.

“Para hablar de acciones afirmativas hay que reconocer que existe el racismo. Los indígenas y los afromexicanos tienen más desventajas. Está bien lo de las mujeres, pero sería mejor establecer más lugares para las etnias, consideró.