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El documental Tempestad, de la mexicana Tatiana Huezo, obtiene una mención especial

Los murmullos, de Rubén Gámez, sorprende en el festival de Berlín

El cortometraje, filmado en 1976 por el fallecido cineasta y recuperado por el Imcine, recibió efusivos aplausos

En el cierre de la lucha por el Oso de Oro, Polonia se hace presente con United States of Love

En la sección Panorama impacta Curumim, del brasileño Marcos Prado

Foto
La realizadora Tatiana Huezo al recibir la mención especial por parte de Caligari Films, reconocida empresa cinematográfica alemanaFoto Andreas Hagemoser
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 20 de febrero de 2016, p. 5

Berlín.

La competencia por el Oso de Oro en el festival de cine de Berlín cerró con producciones de Polonia, Francia e Irán. 

El jurado, presidido por la actriz Meryl Streep, decidirá entre  las 18 cintas en competencia, las cuales abordaron diferentes conflictos políticos en el mundo, algunos destinos individuales marcados por la situación en sus países de orígen, así como el espacio para cintas documentales

Fuocoammare, documental del italiano Gianfranco Rosi, lidera en las encuestas de la crítica especializada. La cinta narra el día a día en la isla italiana Lampedusa de la mano de un niño de 11 años y la llegada permanente de refugiados de África, con sus trágicos destinos a cuestas.

Al final de la carrera por el Oso de Oro, la cinta polaca dejó la mejor impresión del día.

Zjednoczone Stany Milosci –traducida como United States of Love–, de Tomasz Wasilewski, retrata los destinos de cuatro mujeres en la Polonia comunista en un contexto de soledad y vacío existencial, viviendo entre la presión religiosa del catolicismo y un sistema político a punto de derrumbarse.

Implacable justicia

En la sección Panorama, que no es premiada por el jurado sino que el público asistente es quien vota por su película favorita, Brasil pisó fuerte en esta edición de la Berlinale.

Marcos Prado, quien en 2007 se llevó el Oso de Oro como productor de Tropa de élite, llega este año al festival como director de un documental basado en la historia del primer brasileño condenado a muerte en Indonesia por tráfico de drogas.

Curumim –seudónimo de Marco Archer Cardoso Moreira de 53 años– fue ejecutado el 17 de enero de 2015, después de permanecer 11 años recluido en una cárcel en Indonesia, tras confiscarle 13.5 kilos de cocaína en el aeropuerto de Jakarta. Aunque en aquel entonces logró escapar, 16 días después las autoridades dieron con su paradero y fue condenado a muerte.

Negociaciones entre los gobiernos brasileño e indonesio permitieron que Curumim fuera enviado a una cárcel en una isla del país asiático, donde los presos gozan de ciertos espacios privados, como una cocina propia para preparar alimentos.

En 2007, Curumim se contactó con Marcos Prado y le pidió realizar una documentación de su vida con la intención de que fuera difundida a jóvenes en Brasil y en el mundo, como una lección para que no repitieran los errores cometidos por él y se alejaran de las drogas.

Marcos Prado conocía a Curumim desde sus años de juventud. No eramos amigos cercanos, pero nos conocíamos, pues somos de la misma edad, de la playa, de las fiestas. Él se puso en contacto conmigo en 2007 mediante un amigo común, con la propuesta de un documental y la posibilidad de que él, con una cámara escondida, grabara aspectos de su vida en la cárcel, comentó el director en conversación con La Jornada.

Agregó que la idea era humanizar la figura de Marco Archer y no hacer reflexiones filosóficas. Expresó: Me he sentido muy mal con su muerte, sé que debía pagar por el delito que cometió, pero no con la vida. La pena de muerte es una barbaridad.

Además de las grabaciones hechas por Curumim en la cárcel, el documental muestra aspectos de la vida de Marcos Archer con fotografías, entrevistas a amigos, cartas y conversaciones telefónicas.

El brasileño  despierta en el espectador confianza en la honestidad de su testimonio, su solidaridad con los compañeros presos, la búsqueda de sentido existencial mediante sus amigos; habla de una vida sin límites durante la juventud, los primeros contactos con las drogas y su pasión por el surfing.

Raíces profundas

Por otra parte, restaurado y recuperado por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), se presentó en la Berlinale el cortometraje Los murmullos, del cineasta mexicano Rubén Gámez, fallecido en 2002.

Realizado en 1976, es un trabajo de 25 minutos en el que los protagonistas, trabajadores y campesinos en México, narran sus condiciones de vida, sin hablar; son murmullos a lo que se enfrenta el espectador.

Susana Gámez, hija de Rubén, acudió a Berlín a la presentación del documental.

En el discurso de agradecimiento dijo: El trabajo es un viaje a los pensamientos de las personas, por eso en la película la gente no mueve los labios, sólo se escuchan murmullos, lo hace a través de símbolos con los que llega más profundo a las raíces de nuestra cultura, para permitir decir lo que no es permitido.

Con efusivos aplausos Los murmullos se presentó en Alemania como una verdadera joya cinematográfica.

En tanto, la directora mexicana Tatiana Huezo sigue con pie firme en Alemania y durante esta edición de la Berlinale fue acredora a una mención especial por su documental Tempestad, en el que narra los destinos de dos mujeres víctimas de la violencia en México.

Una importante empresa cinematográfica en Alemania, Caligari Films, fundada en 1986 y cuyo objetivo es la búsqueda y promoción de talentos en el mundo del cine con presencia en diversas ciudades del país,  como Múnich, Colonia, Stuttgart y Berlín, otorga reconocimientos especiales durante el festival a talentos de la sección Forum.     

Se entrega un galardón y dos menciones especiales. El premio fue otorgado a una producción egipcia, mientras la mexicana compartió el reconocimiento especial con Senegal. 

Tempestad nos lleva al reino de la oscuridad y la violencia, del tráfico humano y la corrupción, la intensidad de las imágenes nos llevan a un viaje al infierno. Pero al mismo tiempo, Tempestades es un apasionado discurso de súplica por la libertad”, fueron las palabras de Rüdiger Suchsland, al frente del jurado deliberador.

En breve conversación con La Jornada, Tatiana Huezo expresó su alegría por el reconocimiento de esta importante empresa fílmica, el cual la motiva para seguir adelante con sus proyectos. Adelantó que se encuentra ya trabajando en la realización de una cinta de ficción.