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Visita Papal

Llama Bergoglio a evitar la explotación como si el ser humano fuera desechable

Lucro y capital no deben estar por encima del hombre, sino servir al bien común

El obispo de Roma se reunió con el sector del trabajo, aunque sólo había unos 50 obreros

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Cientos de internos escuchan el mensaje que pronunció Jorge Mario Bergoglio en el penal número 3 de la fronteriza Ciudad JuárezFoto Ap
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Jorge Mario Bergoglio subió hacia la Cruz del Migrante, ubicada junto al río Bravo, donde oró por los migrantesFoto Ap
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El papa Francisco sale del Centro de Readaptación Social número 3, en Ciudad Juárez, después de visitar a los internosFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 18 de febrero de 2016, p. 4

Ciudad Juárez, Chih.

Durante el encuentro con el mundo del trabajo, el papa Francisco invitó a soñar en México, a construir el México que sus hijos se merecen, donde no haya personas de primera, segunda o cuarta, sino el México que sabe reconocer en el otro la dignidad del hijo de Dios.

El pontífice habló ante unas 4 mil personas, de las cuales menos de 50 eran obreros de empresas maquiladoras –que concentran 70 por ciento de los empleos en esta frontera–, entre empresarios, políticos, directivos de fábricas, maestros y empleados de los tres niveles de gobierno.

La mentalidad reinante pone el flujo de personas al servicio del flujo de capitales, provocando en muchos casos la explotación de los empleados como si fueran objetos a usar y tirar. Y nosotros hemos de hacer todo lo posible para que estas situaciones no se produzcan más. El flujo del capital no puede determinar el flujo y la vida de las personas, dijo Francisco.

¿Qué quiere dejar México a sus hijos?, ¿quiere dejarles una memoria de explotación, de salarios insuficientes, de acoso laboral? ¿O quiere dejarles la cultura de la memoria del trabajo digno, del techo decoroso y de la tierra para trabajar?, se preguntó el máximo jerarca de la Iglesia católica.

En su discurso, Francisco cuestionó: “¿En qué cultura queremos ver nacer a los que nos seguirán?, ¿qué atmósfera van a respirar?, ¿un aire viciado por la corrupción, la violencia, la inseguridad y desconfianza o, por el contrario, un aire capaz de generar alternativas, generar renovación y cambiamiento?

El lucro y el capital no son un bien por encima del hombre, están al servicio del bien común. Y cuando el bien común es forzado para estar al servicio del lucro, y el capital la única ganancia posible, eso se llama exclusión, agregó.

El tiempo que vivimos ha impuesto el paradigma de la utilidad económica como principio de las relaciones personales, expresó.

Recordó que la mentalidad reinante propugna la mayor cantidad de ganancias posibles a cualquier costo y de manera inmediata.

“La única pretensión que tiene la Iglesia –agregó– es velar por la integridad de las personas y de las estructuras sociales.”

Francisco explicó que lo planteado no es fácil, pero también sé que es peor dejar el futuro en manos de la corrupción, el salvajismo de la falta de equidad, y aunque no es fácil armonizar todas las partes en una negociación, sé que es peor y nos termina haciendo daño la carencia de negociación y la falta de valoración.