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El abrazo de la serpiente compite en la categoría de habla no inglesa

Colombia quiere hacer historia en los Óscar con un homenaje a la Amazonia
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2016, p. 9

Los Ángeles.

Colombia quiere hacer historia en los Óscar con un homenaje a las comunidades amazónicas que, mas allá de tender un puente entre pasado y presente, espera reconectar la identidad multicultural de una sociedad que las ha olvidado.

Lo interesante de Colombia es su diversidad; es como si existieran muchos países en un solo territorio, cuenta Ciro Guerra, director de El abrazo de la serpiente, quien puede dar al país su primera estatuilla en la categoría de habla no inglesa.

Es la gran virtud y la gran riqueza que tenemos. Pero la Amazonia ha estado completamente desconectada del resto del país, asegura.

La película narra en paralelo el encuentro de Karamakate con el etnólogo alemán Theodor Koch-Grünberg y el biólogo estadunidense Richard Evans Schultes en la primera mitad del siglo XX, quienes buscan la yakruna, una planta ficticia que hace soñar.

Las conversaciones entre el chamán y los exploradores –la mayoría en lenguas indígenas– ahondan en las tradiciones de las tribus, pero al mismo tiempo ponen de manifiesto cómo esta fuente de sabiduría se está extinguiendo.

La culpa es de los gobiernos, denuncia Guerra. Nunca han sabido qué hacer con la Amazonia. La han visto como un territorio demasiado alejado, impenetrable y remoto. Han preferido dar su jurisdicción a los caucheros y los misioneros.

A lo largo de la película, los protagonistas van descubriendo el impacto de la llegada del hombre blanco a zonas remotas: explotación de recursos naturales, evangelizaciones masivas e imposición de lenguas dominantes.

Pero Karamakate demuestra que el indígena tiene mucho que enseñar y que el colombiano debe proteger esas tradiciones porque, en el fondo, se trata de su propio conocimiento.

La sociedad ha estado intentando apartar esta parte del país (...), pero debemos reconstruir nuestra identidad multicultural, no solamente centralista, señala el director.

Al final, la naturaleza se impone. Son las comunidades amazónicas las que están representando en este momento al país ante el mundo, destaca.

La nominación de El abrazo de la serpiente, tercera película de Guerra, tiene más significados, más allá de que Colombia puede ganar su primer Óscar.

La historia no tiene nada que ver con el medio siglo de conflicto armado ni con el narcotráfico, los dos grandes temas con los que se suele asociar al país.

Además, coincide con el buen momento que atraviesa la sociedad ante la cada vez más probable firma de la paz con las FARC.

El cineasta asegura que el arte está ayudando a superar los traumas.

El arte para curar heridas

Cuando las sociedades vienen de procesos muy difíciles y finalizan grandes conflictos, hay un florecimiento de las artes porque hay mucho que expresar, asegura.

Él mismo se siente parte de una generación de artistas que crecieron con la idea de que lo bueno venía de fuera.

Pero ahora hay una vuelta a las raíces, a la Colombia verdadera, a la que quedó olvidada, y hacia un cine que habla de nosotros.

Por ahora El abrazo de la serpiente ha logrado crear un debate interno sobre la integración y el futuro de los indígenas.

Por otra parte, la nominación ha abierto a Guerra las puertas de Hollywood, oportunidad que quiere aprovechar para crear un diálogo creativo entre las dos industrias cinematográficas.

Pero hoy por hoy, Colombia es el país donde están las historias que quiero contar, donde hay muchos mundos por descubrir y explorar, asegura.

El abrazo de la serpiente competirá, en la gala de los Óscar el 28 de febrero, con Mustang (Francia), Son of Saul (Hungría), Theeb (Jordania) y A War (Dinamarca).