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De nuestras Jornadas

Resbalón político

A

estas alturas, Movimiento Ciudadano (MC) debe de estar preparando 80 denuncias penales contra igual número de ayuntamientos de la entidad por no tener policías certificados, pues, de no ser así, terminará de convencer a los guerrerenses de que su embestida contra el alcalde Evodio Velázquez Aguirre no es por apego a la ley, como aduce, sino persigue propósitos aviesos.

En este contexto, tiene sentido lo afirmado por el coordinador de la bancada perredista en el Congreso local, Sebastián de la Rosa Peláez: el desplante sistemático de MC obedece a una revancha porque el primer edil dio a conocer que recibió un ayuntamiento desordenado.

Cuando MC intentó saltar el barranco para no ponerse más en evidencia, pisó en falso y cayó en incongruencias que el perredismo revirtió fácilmente a la pasada administración, que encabezó Luis Walton Aburto y terminó Luis Uruñuela Fey.

El coordinador de la bancada de MC en el Congreso local, Ricardo Mejía Berdeja, acusó cuando menos dos veces al alcalde porteño de tener nexos con el narcotráfico, imputación que no incluyó en la denuncia penal porque no la podría comprobar e incurriría –si no es que lo hizo ya– en difamación, delito por el que podrían llevarlo al desafuero y luego a los tribunales.

Si hay que ajustarse rigurosamente a la ley, habrá que esperar a ver si procede la acusación de violarla al contratar a un secretario de seguridad sin estar certificado, y si al acordar si desafuera al edil para que responda a las autoridades judiciales el Congreso local toma en cuenta que en cuanto Gobernación le hizo ver la anomalía, destituyó al funcionario, pero es más el humo que MC metió en la denuncia que los señalamientos serios.

No debería escarbar más MC, pues surgen más desatinos de Walton Aburto, que falló a los acapulqueños al prometerles que gobernaría todo el periodo y en la primera oportunidad entregó la alcaldía para buscar la gubernatura.

Por otro lado, Walton pagó salarios a policías que estaban en paro y fue en su periodo, el que debió concluir, cuando salieron a trabajar los guardias que reprobaron el examen de confiabilidad.

Si ya metieron la pata hasta el fondo, deberían sacarla sin hacer más desfiguros.